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Algo más que salud: «37 años»

Algo más que salud: «37 años»

José Díaz

A Amalia mi primera nieta biológica que llegó 5 días antes del 37 aniversario de esta columna y a 206 años del nacimiento de Sánchez.

Cuando comencé esta columna, el 9 de marzo 1986, ya mi primer hijo tenía tres años y yo era un ser humano con un enmarañado amasijo de ideas, sueños y proyectos con el plan de convertirme en alguien destacado, por lo menos en mi pequeño mundo, en el espacio de mi país.

Me tomó tiempo, en lo que llegaban cuatro muchachos más, para entender que no era una tarea fácil si no se tiene abolengo o se decide dejar atrás todos los principios para hacer carrera política.

Di muchos pasos en falso, tropecé como seis veces con la misma piedra, me estrellé innumerables ocasiones contra la pared al involucrarme en proyectos sin futuro, padecí duelos que amenazaron con destruirme o a dejar de ser yo, pero he tenido la suficiente lucidez para no perder el camino y cada vez he podido levantarme y seguir; una gran ayuda, en ello, ha sido el mantenerme apegado a principios de bien, el no venderme, y por eso, cuando empiezan a llegar los nietos sigo teniendo respeto por la imagen que me devuelve el espejo a pesar de las tantas canas y las no pocas arrugas.

En este 37 aniversario y habiendo publicado, a finales del año pasado, un compendio de los artículos que más quiero dispongo del tiempo, una mejor actitud sobre la vida, más juicio para involucrarme en relaciones, y con Amalia y el bello esfuerzo de mi hija Ana, con el constante apoyo de su esposo, José Antonio, y su médico, el Dr. Oliver Ramírez apostando y estimulándolos por el parto vaginal, hoy tengo un aliciente más, estrenándome como abuelo, para seguir entregándole a «Algo más que salud».