La tercera y toque de queda
El tema de actualidad, para la entrega pasada, era la sonora metida de pata de las autoridades de salud al anunciar una tercera dosis para la vacuna del COVID-19, de inmediato (un mes después de la segunda dosis, enfatizó la coordinadora del gabinete de salud, la vicepresidenta Raquel Peña), otro yerro. Sin embargo, coincidían el pasado jueves el “Día del Maestro” y el 112 aniversario del natalicio de Juan Bosch, temas de más valor para un servidor.
El famoso anuncio de la tercera dosis, sin ningún asidero científico, estableciendo una fecha que no tiene lógica y además asegurando, sin ninguna prueba a favor que debía ser de una vacuna diferente, agarró desprevenida a la población y a la comunidad científica del país y el continente, que hasta un boche se mereció de la Oficina Panamericana de la Salud (OPS).
No es necesaria la manipulada tercera dosis. Ningún laboratorio o instituto de investigación lo avala, pero el anuncio sirvió para trastornar el proceso normal de vacunación que al momento de escribir estas líneas están en un 56% la primera dosis y en un 37% la segunda.
Es probable que se requiera un refuerzo de la vacuna, y de hecho ya hay investigaciones en curso al respecto, pero esa será a los seis meses o al año y seria eso: un refuerzo, no una dosis adicional.
En torno al mal llevado, infuncional, mal informado y anárquico Toque de Queda, que solo vale para las clases sociales media alta y alta, y que nunca se ha cumplido en los barrios marginados ni campos del país, es conveniente que se elimine, total, ya es letra muerta, pero esta debe ir acompañada de estrictas, medidas que garanticen el distanciamiento, el uso irrestricto de mascarillas y una intensa campaña de educación sobre las medidas de higiene y ampliar la cobertura de vacunación. Con esta pandemia, y con todos los anuncios públicos de salud no se puede improvisar, pues los errores se pagan con vidas que representan “algo más que salud”.
Por: José Díaz
asesaijd@gmail.com