Jhonny Cruz
A seis meses de la tragedia del Jet Set, murió mi entrañable amigo Juan Carlos Cruz (Jhonny). Viaje a Santiago a despedirlo y he quedado con sus hijos de recopilar los muchos poemas que escribió y publicar un libro póstumo, pero ahora quiero, en su memoria, y la de los 235 muertos de la tragedia del Jet Set, citar un par de párrafos de mi columna publicada diez días después de la misma la que comenté con Jhonny: “Nada más atinado que este comentario del psicólogo Víctor Castillo: “La película «Cuánto vale la vida», nos presenta la compleja tarea de Kenneth Feinberg, un abogado encargado de liderar el Fondo de Compensación para las víctimas del 11-S, y los profundos dilemas morales que surgen al intentar asignar un valor económico a la pérdida de vidas.
A través del contacto con las familias afectadas, Feinberg experimenta una transformación personal, comprendiendo que el verdadero costo de una vida trasciende cualquier cálculo financiero”.
“En sus declaraciones en «La Semanal» el presidente ya está propiciando un «bajadero» para las demandas que llegan para el Jet Set al decir: «Hay vacíos legales para la supervisión de obras del sector privado». No es cierto.
Los ayuntamientos, los ministerios de Obras Públicas, Salud, Trabajo y Medio Ambiente tienen establecidas disposiciones que obligan esa supervisión.”.
Para los fallecidos del Jet Set y mi colega y amigo Jhonny Cruz este poema “Umbrío por la pena” de Miguel Hernández, que canta Serrat: “Umbrío por la pena, casi bruno / Porque la pena tizna cuando estalla / Donde yo no me hallo, no se halla / Hombre más apenado que ninguno / Pena con pena y pena desayuno / Pena es mi paz y pena mi batalla / Perro que ni me deja ni se calla / Siempre a su dueño fiel, pero importuno… Y no me dejan bueno hueso alguno / No podrá con la pena mi persona / Circundada de penas y de cardos / Cuánto penar para morirse uno.” Hoy todo es tristeza en “algo más que salud”.