Miguelina Terrero
miguelinaterrero@hotmail.com
Hoy Ingrid Marlennys tiene manos firmes que manejan los pinceles de manera definida y capaz. Su historia no es la de la mayoría en su condición. Es la de una joven que siempre supo lo que quería y sobrepasó los límites de la dedicación, para lograr un espacio en el mundo de las artes plásticas. Nació con síndrome de down y desde pequeña rayaba constantemente las sábanas, muebles y paredes de la sala y habitaciones de su casa. Hizo esto hasta que un día su hermana Luisa la llevó a la pared lateral y trasera de su casa y le dijo que ese sería el espacio para plasmar todas sus ideas.
Desde entonces inició su etapa de superación acompañada de su familia que invirtió tiempo y dinero. La superación fue difícil –dice- pero no imposible, para ella aprender cada técnica fue un reto que pudo vencer.
“Necesitas vencer la ansiedad de que aprendes un poquito ‘menos rápido’ que los demás y esforzarte por hacer tu trabajo con la mayor pulcritud y perfección posible, porque hay muchas gente dudando de que puedas”, dijo. Ya ha participado de varias exposiciones y está definida en su estilo, le gusta pintar bodegones, marinas y casitas de campo. Desde siempre soñó con ser una gran pintora y conocer a Guillo Pérez, Cándido Bidó y Elsa Núñez. Estudió el nivel primario en el colegio Sagrado Corazón de Jesús y luego continuó en la Escuela Especial Rayito de Sol. Se preparó en el área de la pintura en la Escuela de Artes del Caribe, el taller de Artes de Guillo Pérez, Escuela Galeria de Artes de Lucas & Ferreras y la Escuela Nacional de Bellas Artes.
Ingrid Marlennys Rojas Melo tiene como meta seguir estudiando pintura y aprender nuevas técnicas, pero también quiere estudiar actuación y recién acaba de colaborar como Extra en una película dominicana.
Tiene como planes hacer una exposición de pintura «Mini» para que se puedan colocar sus obras en un escritorio, credenza o en una pared pequeña.
“Las limitaciones sólo están en la mente, hay que asistir a las organizaciones y fundaciones que ayudan a las personas con este síndrome o pedir ayuda al sector público. Hay que tener las manos ocupadas, aprender un oficio para no ser carga para sus familias y decirle al mundo SI Podemos!”
Chica multifacética
Mencionando cómo se une a una vida normal como cualquier joven de su edad, Ingrid cuenta que sabe hacer todos los quehaceres del hogar, baila, disfruta unas cervezas con su familia y amistades, y se mantiene actualizada en temas de farándula y programación de TV.
Ha aprendido a hacer pulseras y collares; también ha realizado cursos técnicos de inglés y computación, hizo su primera comunión y su capacidad mental le permite memorizar varios números de teléfonos, de familiares y amistades. Uno de sus pasatiempos preferidos es armar rompecabezas y llenar los juegos de sopa de letras o matatiempo.