Por: Chiqui Vicioso
luisavicioso21@gmail.com
Este parque, al que había ignorado como a cualquier esquina, se yergue ahora –separándose- con una altivez desconocida, con una luz que lo desdobla, que lo expande, que lo aviva.
Este parque, tránsito, a/dioses, guerra, huesos, hambre, filo de navaja, aborto de amor que hizo esquina en las esquinas, borrachera de luna llena. Este parque, donde un sol intimidado por la profunda desnudez vacila, redefinió su lugar en el espacio cuando en él se poso Julia de Burgos, para habitarlo en su retorno, de poesía.
Y en ese parque estuvimos una parte de lo que nos queda de nación y lo que queda de nación en Puerto Rico, a través de sus intelectuales más representativos, especialistas en Julia de Burgos, intelectuales dominicanos, amigos, y poetas. Gente que colaboroó con los arrecifes que hoy sustentan la imagen de una mujer patriota, que siempre soñó con venir a la Republica Dominicana.
Mi cerebro se ha hecho estrella de infinito
…por qué rodar en mustias
avenidas de espanto?
por qué romper la alegre vibración de rocío?
Por qué desintegrarnos
en vertebras cansadas
cuando el mar sigue azul
y la rosa aún es rosa?
Y añado:
En las siempre azules playas dominicanas
Donde hoy miras hacia el mar
Cuando se junta con el Ozama
En un parquecito hecho para la esperanza de los novios
Donde juegan los niños
Y todo el azul desciende
Todo el rosa de las buganvilias
El morado de la muerte aparente de la tarde
El tierno azul de las mañanas
Para decirte hoy y siempre
Como te dije en aquella esquina nefasta
En la calle 106 y Quinta Avenida:
No te preocupes Julia
Algún día llegarás a esa Antilla que tanto amaste
Y allí abriremos un espacito en el corazón de la ciudad
Para que descanses tu cabeza hecha de mar, ríos y caracolas
Y poder anclar tus interrogantes:
Quién amarró la angustia
Para soltarla toda en mis pupilas?
Quisiera convertirme del tamaño
De Dios
Para empezar a recrear un mundo.
¡Así despertará la paz
Para quererme!
¡Así despertará la paz para quererte!
En el vasto corazón de la dominicanidad Que permanece aún en este y todos los parques donde aún la ternura habita.

