Pedro Julio Astacio construyó una carrera de 12 temporadas en el béisbol lejos de los reflectores que llaman la atención más allá de las líneas de cal.
Su paso por el béisbol fue sin estridencias, sin aspavientos, sin ningún tipo de contratiempos fuera de los escenarios deportivos, cosa poco común entre atletas de su deporte.
Doce años después de su retiro, Astacio está decidido a renovar votos con lo que ha sido el accionar suyo durante su vida deportiva y como persona.
Está decidido a seguir siendo un referente ahora fuera de los parques de pelota, sobre todo después del pasado domingo 11 de noviembre cuando el Pabellón de la Fama del Deporte Dominicano lo exaltó entre los inmortales en su Clase 2018.
“Ahora tenemos un reto mayor, el de seguir siendo un referente para las presentes y futuras generaciones”, confesó Astacio a El Nacional, posterior al acto de inmortalización donde ingresó al Pabellón de la Fama con sus pares José Mesa y Tony Batista, los propulsores Cuqui Acevedo y Rafael Duquela (Fey), además de cinco ex selecciones nacionales, Tito Horford, Guillermina Candelario, Yudelkis Bautista, Pedro Gómez y José Vicbart Geraldino.
“Ser inmortal me rebosa el orgullo y constituye un componente muy especial en el resto de mis días. Es un honor grande que le concede una nación a sus mejores soldados, a sus mejores ciudadanos, y hoy yo he sido colocado al nivel de muchos grandes héroes del deporte nacional”, manifestó.
Astacio, nativo de Hato Mayor del Rey y retirado del béisbol 15 temporadas después de su debut en el 1992 con los Dodgers de Los Angeles, integra un selecto grupo de lanzadores dominicanos que han ganado al menos 100 partidos en las Ligas Mayores.
De 50 años de edad -18/11/1968-, Pedro Julio se fue del béisbol en el 2006 y lo hizo con un saldo positivo de 129 victorias y 124 derrotas. Lanzó en 392 partidos y fue un lanzador abridor en 343 de esos encuentros. Terminaría su carrera con 4.67 de efectividad en 2,196.2 entradas lanzadas.
El derecho ponchó a 1664 bateadores y transfirió a 736. Le conectaron 2292 imparables, tiró 11 blanqueadas y completó 31 partidos. Lanzó para ocho franquicias y sus mejores años se los aportó a los Dodgers (seis años) y Rockies de Colorado, con los que lanzó en cinco campañas. También lo hizo para los Mets de Nueva York (2 años) y jugó respectivas temporadas con los Medias Rojas de Boston, Rancheros de Texas, Padres de San Diego, Nacionales de Washington y Astros de Houston.
Especial
Astacio indicó que la inmortalidad “es algo muy especial para un atleta después de tanto esfuerzo y sacrificio para llevar una carrera sin tachas dentro y fuera de los escenarios deportivos”.
“Ser parte del Pabellón de la Fama como inmortal es algo grandioso para mí y mi familia. Es un honor que comparto con mis padres, esposa, hijos y con la fanaticada de aquí y de allá que tanto me apoyó. Quiero mostrar mi gratitud a todos los hombres de béisbol que me dieron la oportunidad aquí y en Estados Unidos, a los equipos para los que jugué en Grandes Ligas, y por supuesto, para mis Tigres del Licey”, expresó.
Astacio manifestó que para poder ser un pelotero, primer, y después establecerse y tener una carrera duradera, tuvo que ‘quitar’ muchos obstáculos.
El hatomayorense manifestó que siempre estuvo aferrado a Dios y confiado en que iba a saltar todas las barreras. “Me propuse que el único que me podía detener era Dios”, dijo.
EL DATO
Pedro Julio
Dice que guarda
bonitos recuerdos de sus años con los Dodgers durante su paso por la Liga de Verano y citó como valiosa las enseñanzas recibidas por Eleodoro Arias, Luis Angel Montalvo, Rafael Avíla y Elvio Jiménez, entre otros entrenadores y ejecutivos
del equipo en el país.
UN APUNTE
A su padre y un amigo
Astacio tuvo palabras de gratitud hacia su padre Pedro Justo y su hermano Fulgencio, y hacia Pablo de los Santos, su amigo y compañero desde que ambos andaban buscando firma siendo dos mozalbetes. De los Santos fue su edecán.