A diario se denuncia una situación de irregularidad, fallas físicas de edificios o pleitos internos del personal docente y alumnos. Tiene que haber en el ministerio de Educación un liderazgo que haga frente a las improvisaciones.
Si el ministerio de Educación tiene un presupuesto histórico, no hay forma de comprender que todavía haya planteles a medio talle y otros que se han puesto en servicio con fallas de construcción.
Las escuelas no pueden ofrecer una docencia de calidad si están con aulas abarrotadas de estudiantes. Tiene que haber un estudio sobre cuál es el número de estudiantes en un aula pequeña.
El dinero esta a mano, solo tiene que haber una voluntad política de trabajar a tiempo completo por los estudiantes. Hay que seguir construyendo y mejorando locales de escuelas que ahora están en la ruina.
Pero hay un caso de mayor envergadura y es el irrespeto y la violencia dentro de los planteles. Estudiantes se van a las trompadas, o maestros que enamoran a las alumnas, Eso casos se minimizan y no son investigados a fondo.
El maestro de escuela está llamado a ser el líder de su entorno, es el que le va impartir la enseñanza a jovencitos que necesitan que le ofrezcan luz sobre los problemas personales y colectivos.
Hay profesores que deben salir del aula, por tener conductas impropias,. Debe destacarse una línea de acción de profesor y estudiante, para evitar males mayores.
También están los pleitos entre estudiantes, A veces comienzan en lo interno del recinto, o inmediatamente salen del aula. En todo caso los pleitos internos de los estudiantes demuestran que hay profesores que no se interesan por la suerte de sus alumnos, que poseen una incapacidad total para lidiar con un problema, y que en el mejor de los casos es importante que se le destituya.
Una medida de emergencia que se puede aplicar a los planteles es realizar chequeos preventivos en las mochilas, paro que los jóvenes no entren armados. Recientemente un adolescentes mató a un compañerito en un pleito que comenzó en el área deportiva y salió a las calles.
Hay que revisar las mochilas, porque de otra forma no hay seguridad de que los muchachos acudirán al plantel sin un arma, sobre todo un cuchillo. No se deben permitir las burlas a los alumnos de menos entendimiento y que son las víctimas preferidas de otros estudiantes.
Esperamos que en Educación se dé un liderazgo, que permita sobrepasar esta dura prueba. Ay que salvar a la escuela
Por: Manuel Hernández Villeta

