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Atrasando la educación dominicana

Atrasando la educación dominicana

Susi Pola

El ministro de Educación derogó la Orden Departamental 33-219 que establecía como prioridad el diseño e implementación de la política de género en el MINERD, en una acción sorpresiva y unilateral que contraviene compromisos asumidos internacionalmente, leyes y acuerdos locales.

Desde su propia cuenta en Twitter el ministro derogador comenta: “Hace tres años se dispuso por OD que el MINERD definiera una política de género, pregunto, ¿se definió dicha política? Qué rol jugaron los que hoy la critican, ¿cuáles fueron los resultados? No conozco la referida política y menos aún las ideas, los aportes de los defensores”.

Además, se pregunta: “Política de género? Si se refiere a que los niños/as tengan las mismas oportunidades de recibir una educación de calidad, ser formados para una profesión en igualdad de condiciones y salarios y sin discriminación por el sexo, el MINERD cumple con todos los principios, ¿cierto?”.

Desafortunada expresión oficial mostrando desconocimiento de la política borrada, y quitando importancia a una educación que “presume” perfectamente equitativa e igual para niños y niñas. Será que realmente se lo cree y decidió borrar y seguir en esta maravilla de sistema educativo que tenemos.

Es entendible y válido que la extrema derecha, conservadora y exclusiva a ultranza, quiera vender una teoría sobre el sexo género que no existe, pero que la administración de un Estado entre en ese juego, solo se explica desde un ejercicio político muy deteriorado e inútil a la democracia.

La distorsión del término “ideología de género” surge en 1995 desde la estrategia discursiva de El Vaticano como reacción a la Cuarta Conferencia Mundial de la Mujer en Beijing, China y desde entonces, ha cobrado fuerza como respuesta a los avances en la agenda feminista y diversidad sexual. Hoy, encabezada por los sectores religiosos carca, se incorpora a las estrategias internacionales de resistencia al cambio y regreso al pasado teocrático y de poder.

Pero resulta difícil de creer que un funcionario que, viene de la academia para salvar un ministerio problematizado por la corrupción, se avenga a tergiversar y manipular nociones y conceptos y se adhiera al rezago sin más ni más, sin averiguaciones y con imposiciones de una parcialidad escalofriante.

El género como categoría de análisis, permite conocer complejos procesos sociales para explicar cómo se estructuran y expresan los ámbitos y definición de todas las personas, con mismas capacidades y derechos.

Quien no lo sepa, no puede dirigir instituciones en la democracia y menos en educación.