Los dominicanos de tierra insular no alcanzan a aquilatar el impacto que han tenido las remesas familiares sobre la economía en términos de aportes al Producto Interno Bruto (PIB), a la estabilidad macroeconómica y en el incremento de la calidad de vida en amplios segmentos poblacionales urbanos y rurales.
En el último decenio los envíos remitidos por dominicanos residentes en el exterior a familiares y relacionados superan los 40 mil millones de dólares, con un crecimiento estimado de un 66% en comparación con la cifra alcanzada hasta 2010, lo que representa casi el 15% de las operaciones del mercado cambiario.
Un estudio publicado por el semanario El Dinero sobre comportamiento de los ingresos por remesas durante el periodo 2010-2018, señala que representa un 8% de contribución al PIB, y del total de ingresos de divisas, entre un 20.5% a un 23.0%, a lo que debería agregarse que esos dólares y euros se desparraman por todo el territorio nacional.
Los sectores turismo, exportaciones, inversión extranjera directa (IED) y remesas aportaron divisas en 2019 por más de 30 mil millones de dólares, pero en 2020, los dos primeros renglones se desplomaron y la IED pudo rozar el promedio de US$2,500 millones, asumiendo las remesas el liderazgo con casi US$7,000 millones.
Los programas de transferencias económicas en subsidios al desempleo, a familias vulnerables, comercio e industria y otros programas para mitigar los efectos de la covid-19 en Estados Unidos y Europa han beneficiado a millones de migrantes dominicanos que remiten parte de sus ingresos a sus familiares aquí.
Se resalta que la diáspora dominicana siempre cumple con su cometido de asistir a los suyos y como ejemplo se menciona que las remesas no disminuyeron significativamente durante la crisis económica global desatada por la burbuja hipotecaria en Estados Unidos.
En una economía en la cual el Estado deja de percibir por exoneraciones y exenciones más de 250 mil millones de pesos al año, lo mejor sería no tocar ni con el pétalo de una rosa el dinero que remiten los dominicanos ausentes, porque esas divisas ayudan a sostener la economía e impactan sobre familias y comunidades donde difícilmente arriban los dólares del turismo, exportaciones o de inversión extranjera.
Las remesas tienen también efecto transversal sobre la economía porque ayudan a promover pequeñas y medianas empresas comerciales, agrícolas, pecuaria, de transporte, turismo, exportación, importación y emprendimiento tecnológico, razón por la cual la figura del migrante dominicano tiene la categoría de héroe nacional.

