Cuando hablamos de autoestima, nos referimos a la opinión emocional que las personas tenemos de nosotras mismas y la valoración propia de lo que somos. Esta estimación supera en sus causas la racionalización y la lógica, por eso vemos personas que teniendo absolutamente todo se subestiman en niveles casi patológicos, y viceversa, que careciendo de todo, luchan en la vida como grandes campeonas.
Respecto a los pueblos, la autoestima ciudadana está ligada a la misma soberanía, a partir de un conjunto de referentes como el patrimonio cultural, institucional y humano, capaces de enfrentar cualquier calamidad con madurez y estabilidad. El ejemplo de Japón, encarando los efectos del tsunami en 2011, del terremoto de Chile 2010, nos mostró como la autoestima de esos pueblos hizo la diferencia.
Es de anotar la estrategia de los pueblos invasores, colonizadores y expansionistas, de debilitar la autoestima de los invadidos, afanándose por borrar historia y tradiciones, desacreditándolas e ignorándolas, y con el poder mediático a su servicio, reduciendo la autoestima ciudadana a los niveles más bajos, al punto de llegar a rechazar la propia tierra. Pero el ataque a la autoestima del pueblo también se hace desde la misma sociedad política cuando gobierna sin tomar en cuenta la importancia de planes para levantar la autoestima nacional, como una estrategia de crecimiento.
En nuestro país, durante cincuenta años, no tuvimos ningún gobierno que premeditadamente tuviera esto en cuenta, al contrario, la autoestima dominicana ha sido minimizada por uno y otro gobernante, al punto de que somos un pueblo marcado por la indefensión aprendida, donde unas más que otros, nos mantenemos en la invisibilidad.
Tuvimos presidentes mentirosos que hablaban, generalmente de ellos mismos, otros que tampoco hablaban y cuando lo hacían, nos mentían, y finalmente, parece que tenemos un presidente que nos escucha y le importamos.
Las medidas tomadas desde que asumió el gobierno Danilo Medina, fueron efectivas para levantar la autoestima nacional. El 4% del PIB para la educación, la licitación pública para hacer las escuelas, la creación del Banco Solidario-Banca de los Pobres y de la Mujer, la decisión de sanear el estado de las playas y terrenos de Bahía de la Águilas y últimamente, la de revisar el leonino con la compañía canadiense Barrick Gold, ha reforzado la autoestima de la población, y dominicanos y dominicanas, nos sentimos en remonte, apoyados y apoyadas por un presidente estadista que toma en cuenta lo que el pueblo le dice. (¡Ojalá que una próxima medida se refiera a subsanar la brecha de género y a mejorar la situación de las mujeres!)
La ciudadanía, que habló de manera pacífica, debemos recordar que un pueblo que mantiene la autoestima elevada no permite que nadie decida por él.