Sorpréndase: el sistema solar se asienta dentro de una burbuja de gas. Es el Sol quien crea esta burbuja colosal. La burbuja se llama heliosfera, mientras que su capa exterior se denomina heliofunda. Actualmente la nave Voyager 1 está a 16 mil millones de Km. de la Tierra, dentro de los límites de la heliofunda, siendo el invento más distante del planeta. ¿No es sorprendente?

La Heliofunda es nuestra primera línea de defensa, antes que la atmósfera o la capa de ozono. La Heliofunda es literalmente un chaleco antibalas, que nos protege contra los disparos de los rayos galácticos, provenientes de supernovas, agujeros negros o explosiones de rayos gamma. De todas direcciones de la galaxia hay continuas ráfagas de metralla peligrosa, que afectarían nuestro ADN si no fuera por la heliofunda. ¿No es sorprendente?

El llamado viento solar nace en el Sol. Es un flujo permanente de partículas, protones de alta energía que se desplazan a casi mil Km. por hora. De vez en vez el Sol se pone iracundo arrojando al espacio sus tormentas solares, que someten a los satélites artificiales a fuertes dosis de radiación que podrían dañar los equipos. Es tan potente este flujo, que el Sol pierde 800 Kg. de materia por segundo en forma de viento solar. ¿No es sorprendente?

Se ha especulado mucho de cómo sería nuestro aspecto, debido a las continuas mutaciones de nuestro ADN, si no contáramos con la heliofunda como escudo protector. Poderosas fuerzas de choque a causa de rayos cósmicos peligrosos, habrían alterado la información genética del ADN de los primeros homínidos hace 4 millones de años y, en consecuencia, de todos los hombres de las cavernas, hasta llegar a nosotros, que exhibiríamos una fisonomía absolutamente diferente de la actual.

Quizás tendríamos una piel con placas, como los armadillos y lo veríamos absolutamente normal. Quizás ojos protegidos por un doble párpado, como los cocodrilos. Quizás destellando un halo fotovoltaico, como algunos peces luminiscentes, para contrarrestar el impacto de los rayos galácticos. Cambios y cambios en el material hereditario, para adaptarnos al estado de guerra cósmico a través de las eras. Por suerte no es así. Todo por la heliofunda, descubierta hace apenas unos años. ¿No es sorprendente?