Ha hecho bien el presidente Luis Abinader en transferir la tutela del Panteón de la Patria al Ministerio de Cultura, mausoleo donde reposan los restos de personajes de la historia dominicana que requiere ser relanzado acorde a su condición de patrimonio histórico y cultural de la nación.

El Ministerio de Interior y Policía tuvo desde 1964 control del mausoleo ubicado en la Ciudad Colonial que hoy luce en condiciones deplorables con filtraciones en el techo y cuya construcción se estima entre 1714 y 1755, aunque su terminación data de 1793.

El lienzo que engalana la cúpula del Panteón presenta evidente deterioro, así como otras áreas, lo que se requiere iniciar cuanto antes su restauración para devolverle sobriedad y dignidad al lugar donde reposan los restos de patriotas, literatos, educadores y de expresidentes.

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Ese mausoleo, sede de la antigua Iglesia de la Compañía de Jesús, declarado en 1990 patrimonio de la humanidad, debe convertirse en un centro de atracción turística, pero sobre todo en referente para la juventud dominicana, compelida a interactuar con su propia historia.