Un artista sorprendente es este hombre procedente de Amantea, Calabria, Italia, pero que es venezolano por las vueltas de la vida, Stanislao Marino es todo un fenómeno artístico de fe, que pocas veces recibe la atención de los medios de prensa tradicionales, dado que desarrolla su labor en templos y ambientes cristianos alejados de la espectaculidaridad de los titulares.
Todo un fenómeno de las masas cristianas, Stanislao Marino es compositor, cantante solista, salmisma y arreglista de sus interpretaciones.
Con más de 90 producciones a lo largo de 40 años de trayectoria, 700 canciones compuestas y conocidas (sobre todo en sus conciertos) este hombre que no tiene más que una pista para acompañarle, sin bailarines, sin coreografías espectaculares, recibiendo de contínuo papelitos que le pasa la gente pidiendo canciones o alguna oración por una situación determinada, el espectáculo lo ofertan las letras que este hombre de grave voz (que en oportunidades no es clara cuando el sonido no es bueno) encandila las multidures.
En escenario apenas habla entre un número y otro, lo que le diferencia de otros cantantes cristianos que hacen gala de su capacidad para evangelizar entre pieza y pieza.
Stanislao Marino canta todos los géneros: salsa, merengue, rancheras, baladas (al estilo tradicional, no tanto el moderno pop de otros cantantes). Su trato con la gente es llano, directo y embriagante de esperanza y fe. La mayor parte de sus temas son harto conocidos y la gente hace los coros para satisfacción del artista que sonríe desde escenario socarronamente.
La Gran Tribulación
No hay cristiano que no conozca esta pieza, la que dio el nombre al primer disco de Stanislao Marino y que es todo un clásico. Sus notas y estribillo son conocidas incluso por el público no cristiano, tal es su trascendencia.
Marino compuso «La Gran Tribulación» y otras más con las que hizo un disco con el mismo nombre.
Su Iglesia no lo apoyó por los mensajes directos que había en las canciones.
Marino cantó su «La Gran Tribulación» en un festival de Caracas con lo cual adquirió mucha fama en todo el país.
Desde entonces ha desarrollado su ministerio en Puerto Rico y Estados Unidos y ha publicado muchos albumes (Son más de 30 años de carrera musical). Actualmente es pastor en Estados Unidos.
No es moneda de oro
Stanislao Marino parece un pastor libre pensador, que no se sujeta obedientemente a los dictados de la norma jerarquica tradicional e introduce temas y puntos polémicos en sus canciones, posturas que no tienen aprobación de otros pastores e iglesias.
Algo Grande
Cuando comenzó a sonar y a venderse la bachata interpretada por Anthony Santos Algo grande viene a la tierra, fue cuando mucha gente secular se dio cuenta de que Stanislao Marino existía.
La pieza, fue grabada sin el permiso de su creador, provocó la reacción inmediata de éste que se sintió desarmonizado cuando supo que la bacharta era bailada profusamente en las discotecas sin el sesgo cristiano que èl le imprime.
Mucha gente pensó que la bachata de la autoría de Santos, pero al surgir la reacción de Marino, se supo que era original del cantante de música cristiana y que fue producida y arreglada sin su permiso.
El tema tomó el rumbo de la demanda ante los tribunales. Parece que hubo algún acuerdo extra-judicial.
Seguir los pasos
Los hijos de Stanislao Marino, sobre todo Paola, han decidido seguir sus pasos y y ya tienen producciones que han estado a cargo de su padre. La más aventajada en esa ruta es Paola.
UN APUNTE
Letras de Algo grande
Las cosas están cambiando, hay mucho cambio en el mundo
Y hasta muchas profecías han fallado ya.
Grandes potencias del mundo donde no se podía predicar. Hoy han abierto sus puertas para predicar. Y los que llamamos fríos están buscando el calor de Dios
Y muchos que estaban calientes se enfriaron ya./Algo, algo, algo grande viene a la Tierra
Predica, que todavía hay luz/ En estos tiempos finales un demonio de calumnia se está moviendo. Frena Señor mi lengua…