Un director exitoso
Señor director:
Un director de centro educativo realizaría excelente desempeño uniendo la investidura del cargo con su actitud y habilidad personal como ser humano y como profesional, y practicando algunos valores para tal propósito.
Entre los valores a enfatizar, se cuentan: la responsabilidad, la transparencia, la decencia, la honestidad, la democracia, la solidaridad, la tolerancia, la flexibilidad, el respeto y la equidad.
El director (igual que los padres), debe dirigir con el ejemplo, y así enseña y amplía su aprendizaje y su liderazgo ante su personal y la comunidad. Ojalá fuera el primero en llegar y el último en retirarse, salvo los compromisos de orden extra plantel. Tiene fundamento repetir que donde hay un buen director, hay una buena escuela o un buen liceo.
Debe tener cuentas claras en todo su accionar. Esto crea confianza y seguridad en sus dirigidos. Debe dar trato igualitario pero justo a su personal sin discriminación injustificable. No perseguir por ningún tipo de bandería. Interesarse e identificarse con las situaciones difíciles de sus subalternos, reconociendo que la solidaridad auténtica es la que se ofrece, no la que se solicita.
Debe actuar sin grosería ni estridencia y con respeto; la altura de la voz debe ser la requerida para que el mensaje llegue a los receptores; debe ser honesto, aparentarlo y propiciarlo. Compartir responsabilidad de opiniones y acciones con sus dirigidos; debe empoderar a través de compromiso consensuado y participativo dando cabida a la diversidad de capacidad y pensamiento.
Estos valores no son limitativos. El director debe tener claro cuáles asuntos son de su exclusiva decisión discrecional y cuándo tomar decisiones. Esta propuesta es perfectamente aplicable por los maestros y maestras de aulas a sus alumnos, pues aunque cada quien tiene su rol y hasta su librito, todos son responsables de los logros esperados en un período o ciclo determinado en un centro educativo donde todos los servidores son igualmente importantes.
En definitiva, dirigir con éxito no es asunto de recetas, pues, con receta o no, dependerá en gran medida de la personalidad, habilidad, capacidad y disposición particular, que tenga el director o la directora. Una sabia reflexión sería actuar consciente de que los cargos siempre serán transitorios, y es de ineptos asumirlos como suyos.
Atentamente,
Lic. Santiago Martínez
Santo Domingo

