Momentos para la política
Señor director:
El PRD es uno de los partidos más importantes de nuestro continente. Es un partido edificado sobre la vida y la sangre de un pueblo. Su pluralidad, su ejercicio democrático, no pocas veces le ha llevado a contradicciones ideológicas difícilmente superables, que han ido dejando por el camino divisiones crepusculares, pero de todas ellas ha salido reforzado y cohesionado.
La Historia está ahí.
Es, sin duda, el partido del pueblo, de la libertad. Sus líderes han ido desapareciendo, pero sus conquistas permanecen. Hoy se encuentra en una encrucijada, que para muchos observadores representa una amenaza en la conquista del poder.
Hipólito Mejía tiene gran aceptación en el pueblo, pero esto ha sido traumático para el presidente del partido. Se ha creado un impasse.
La posición política del presidente del PRD es tan desconcertante como ilógica.
Es imposible concebir a un presidente de un partido en minoría abrumadora, atrincherarse en la institucionalidad partidaria y en el poder partidista, que hoy no tiene, para desear como revancha que no gane su compañero.
A un político se le puede excusar casi todo, menos que desconozca que si su acción no representa su poder institucional, se convierte en traidor de los miles de seguidores, que un día confiaron en él y que hoy ven cómo un intento de venganza personal, solo castiga a aquellos militantes, que representan los valores e intereses partidarios.
Hay traiciones, que no son sino suicidios políticos, que se convertirán en borrón permanente del quehacer político de su protagonista.
El presidente del PRD debe entender, que quien le venció no fue Hipólito Mejía sino la militancia del PRD.
Atrincherarse en ese reducto simbólico, con acciones dudosas que solo favorecen al contrario, es castigar al PRD y a su militancia, además de alimentar el resentimiento partidista, valores denostados en el quehacer político y en su ciencia. Al presidente del PRD se le está acabando el tiempo, y si todavía tiene en estima su futuro político, solo le queda un camino, que en política se llama concertar. Dar este paso, lejos de disminuir su figura, la engrandecería.
Todos estamos esperando el abrazo. Y, para el presidente del PRD, todavía hay tiempo. Es la hora de la Política.
Atentamente,
Dra. Bernarda Jiménez Clemente
Santo Domingo

