Marino Mendoza

Señor director:
Durante los días 13, 14 y 15 de este mes de julio de 2017, el Consejo Nacional de la Magistratura entrevistará a los pre seleccionados para ocupar una posición en la Suprema Corte de Justicia (SCJ) y el Tribunal Superior Electoral (TSE). Cuatro jueces en el primero y diez en el segundo, cinco titulares y suplentes.

Entre los escogidos está el doctor Fausto Marino Mendoza Rodríguez, juez titular del Tribunal Superior Electoral y que aspira a repetir en esa posición. Conozco a Marino desde hace casi 30 años y puedo asegurar que la cualidad que más lo enaltece, de las muchas que le adornan, es su honestidad.

Su paso por la administración pública así lo demuestra. Es de los pocos, lamentable que sean pocos, que puede someterse al escrutinio público sin el temor de que en su hoja de servicio aparezca la mancha de la inmoralidad.

La responsabilidad con que ha asumido cada reto de la vida, de la que soy testigo, le han ganado el respeto y el reconocimiento de quienes hemos estado a su lado así como de amplios sectores de la sociedad.

Su paso por la actividad política estuvo matizado por su prédica constante de hacer de esta un ejercicio ético y moral y cuando le tocó ser diputado por su natal Villa Altagracia, fue una voz que siempre se levantó para defender los mejores intereses de la nación y critica contra todo aquello que buscara empañar su función.

“Ni la riqueza me deslumbra, ni la pobreza me aterra”, ha sido una frase acuñada y la que sigue al pie de la letra en su comportamiento personal. Nació en la comunidad Los Pinos, en La Vega, el 19 de noviembre de 1947, en el seno de una familia muy pobre, pero matizada por el sello de la honestidad y responsabilidad.

Desde muy joven enrumbó su vida por el camino de la ética y la moral. Como periodista, profesión que ejerció por varias décadas hasta la de abogado en la que toda vez que su nombre es mencionado sus colegas le añaden las cualidades morales y personales que adornan al hoy juez del Tribunal Superior Electoral.

Su historia en los tribunales estuvo marcada por el cumplimiento del estricto sentido de la ley y así también lo ha hecho en el Tribunal Superior Electoral, porque ese apego a lo correcto es una actitud, un convencimiento que siempre ha marcado su vida.
Atentamente,
Nino Peña
Periodista