Duarte y la LMD

Señor director:

La tramposeria y la simulación con asiento en todo el país se pusieron de manifiesto el pasado 26 de enero, en ocasión de elegir al secretario general de la Liga Municipal Dominicana. Correspondía conmemorar el natalicio del Padre de la Patria, Juan Pablo Duarte, pero el gobierno transfirió el feriado para el lunes 30. Tampoco se conmemoró como corresponde ni como merece la memoria de aquel patriota. Para la ocasión, los partidos políticos, los alcaldes y el gobierno se habían puesto de acuerdo para designar al nuevo secretario de la Liga Municipal. Dominicana.

Las reuniones y otras iniciativas para designar a Johnny Jones fueron más destacadas que las de conmemorar el Día de Duarte. La politiquería se superpuso a lo correcto, a lo patriótico y hasta a lo legal, para dar paso a la simulación y la tramposeria. Por acuerdo previo, hubo una reunión para nombrar y proclamar a Johnny Jones. Fue un bulto, declarar que Johnny fue electo; y hasta los medios electrónicos e impresos así lo recogen. Si hubo asamblea, fue informativa y nada más, pues no hubo deliberación. No hubo elección. Los intereses politiqueros, grupales e individuales manipularon el libre juego democrático.

Este mismo diario, el día 25, dio cuenta de que a Fidias Aristy, secretario general saliente, se le rindió un homenaje por el buen desempeño en sus funciones interinas. ¿Por qué no lo dejaron siquiera competir? Se reburujaron para proclamar a Johnny Jones, pero no se reúnen para pedir cuenta al otro Aristy, al Amable, quien, según se informó, dirigió una gestión con muchas irregularidades, reveló una auditoría. ¿Por qué los síndicos no se reúnen para hacer un plan de trabajo con objetivos y metas a favor de los munícipes? ¿No fue aquello un agravio a Juan Pablo Duarte y un mal ejemplo a la niñez y a la juventud? ¿Qué tanto hablar de valores si, en la práctica, son negados?

Nuestra queja no es contra Johnny sino contra la simulación y la tramposeria, y sobre todo, contra la ofensa a la memoria de Juan Pablo Duarte. Es nuestra aspiración que su fecha de natalicio sea inamovible, resaltada y respetada. Que no sea ignorada ni minimizada por politiquería e intereses personales y de grupos. Después de Dios, la Patria.

Atentamente,

Lic. Santiago Martínez

Santo Domingo