Batalla por el poder

Señor director:

Aparte de lo que establece la ley electoral vigente, los partidos políticos han iniciado una batalla prematura por el poder, al lanzarse a las calles en busca de apoyo a las candidaturas en sus organizaciones políticas. Pero de manera simultánea a la batalla de precandidaturas por el poder, debiera abrirse otra batalla liderada por la población responsable, sana y solidaria del país entero, para repeler la postulación de aquellos/as que desde el poder o fuera de el, han manchado sus nombres en el desempeño de sus funciones o en su particular convivencia social.

Debiéramos organizar una campaña inderribable, mayor que la del 4% para Educación; como Loma Miranda Parque Nacional; la cementera en Los Haitises, y unificada toda la colectidad decente, honesta y transparente rechazar toda candidatura, cuya mala conducta haya coadyuvado a la perversidad que se ha ido apoderando de las riquezas, la seguridad, la decencia y la tranquilidad que corresponde a todos los hijos/as de esta tierra.

La población debiera rechazar masiva y rotundamente toda candidatura que haya empañado su hoja de vida de manera irresponsable y a espaldas de la Constitución, las leyes y del país. Echar en un mismo saco a los malversadores, prevaricadores, ladrones, asesinos, estafadores y demás, que hayan propiciado o apoyado estas violaciones, sin importar que fuera: un jefe de Estado o de los cuerpos castrences o subalternos suyos. Rechazar el grueso de regidores que salvo excepciones no sirven para nada, después que se aburguesaron con sueldos lujosos y status de poder.

Por el incumplimiento del Presupuesto Participativo Municipal, hay que rechazar las posibles candidaturas de alcaldes que aspiran reelegirse. Ni los candidatos, ni los funcionarios elegidos o no por el voto popular, ni el Presidente de la República tienen la soberanía; la soberanía la tiene el Pueblo, y el pueblo está siendo engañado por sus elegidos, hay que evitar que lo sigan engañando o tomándolo de idiota con decisiones y privilegios inaceptables, y con medidas y decisiones necesarias y urgentes que los elegidos no las toman por cuestión de intereses particulares.

Desde ahora hasta el 16 de mayo 2016 debiéramos iniciar una gran batalla contra aquellos/as deshonestos, sectarios, irresponsables, semidictadores, y en general, contra los reconocidos por su accionar turbio y avieso.

Apostemos al pueblo, a nosotros mismos, y vamos a rechazarlos.

Atentamente,

Lic. Santiago Martínez