Opinión

CARTAS DE LOS LECTORES

CARTAS DE LOS LECTORES

El Manifiesto Trinitario

Señor director:

¡Oh Dios de los Ejércitos, restablécenos, muestra tu rostro alegre y nos salvaremos !

Si a los problemas fundamentales del país entre los cuales está la amenaza a nuestra soberanía, y el peligro de la fusión con Haití, se le tratase con la celeridad con que fue conocida la reforma a la Constitución, otras fueran nuestras expectativas como país, pero no es así, sino todo lo contrario. Pero obsérvese el otro detalle: partidos que están cuestionando la reelección, son manifiestamente prohaitianos, al menos en la expresión de sus altas dirigencias. ¿Qué esperanza tenemos de ellos?

En estos momentos debería quedar muy claro que el asunto haitiano es trascendental para la supervivencia y el desarrollo de la República Dominicana. Llegó el día final del tiempo previsto para la regularización de personas extranjeras, y muchas gentes e instituciones locales y externas, tienen sus miradas fijas en lo que habrá de acontecer, como si no fuera normal el ejercicio de la repatriación de ilegales como tal lo hacen en otros países. Hay que estar al pendiente de cualquier indicio de vacilación o acomodamiento de las autoridades, principalmente del presidente de la República, y buena parte de la sociedad civil y la sociedad política Ojalá y no sea.

Hay que estar al pendiente de cualquier boicot . Este es un momento estelar que de cara a la soberanía está viviendo la República Dominicana, y ya se sabe que las componendas no se detienen, trabaja para hacernos zozobrar en nuestra libre determinación. Es oportuna la ocasión para que nos preparemos a decir como bien dijeron los trinitarios en el documento” Manifiesto Trinitario del 16 de Enero del 1844” : pág. 39.

“Estamos resueltos a dar al mundo entero el espectáculo de un pueblo que se sacrificará en la defensa de sus derechos y que se reducirá a cenizas y a escombros si sus opresores que se vanaglorian de libres y civilizados, nos quieren imponer condiciones aun más duras que la muerte. Si contra la razón y la justicia quisieren que transmitamos a nuestros hijos y a la posteridad una esclavitud vergonzosa, entonces, arrostrando todos los peligros, con una firmeza perseverante, juramos solemnemente ante Dios y los hombres, que emplearemos nuestras armas en defensa de nuestra libertad y nuestros derechos”. Es en esos términos categóricos y resueltos con que se pronunciaron los dominicanos de ayer, colocados a la altura de las circunstancias, como deberíamos expresarnos hoy.

 

Atentamente,

Melania Emeterio Rondón

El Nacional

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