Opinión

CARTAS DE LOS LECTORES

CARTAS DE LOS LECTORES

El Manifiesto Trinitario

Señor director:

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La opresión haitiana de ayer tenía otras características. Actuaban con la prepotencia y la soberbia que le daba el poder y los recursos humanos, entre otros, que ostentaban frente a los criollos. También, internacionalmente se le veía como una nación que había tenido su libertad arrancada a un país tan poderoso como Francia. Con todo eso, no existía la necesidad de unirse a otras fuerzas para subyugar a sus vecinos. La opresión de hoy, en cambio, tiene otros ribetes, otros indicadores más delicados y voraces en contra de República Dominicana, país siempre apetecido por ellos.

Hoy Haití cuenta con un grupo de dominicanos y dominicanas que reciben incentivos para traicionar a su país, así como un grupo de incautos que, pintándose de ingenuos humanistas, que se desviven por “los pobrecitos haitianos”, solo parecen estar inhalando sustancias enajenantes que les impiden ver que los verdaderos pobrecitos son los dominicanos, y la suerte final del país. Se cuenta, además, con una comunidad internacional que mira a Haití como un problema que debe ser asumido por el país más cercano. ¿Cuál es ese país? la República Dominicana.

En resumida cuentas, nos hallamos frente a una gran confabulación, una confragración llena de perversidad hacia República Dominicana. Con eso no se contaba en el 1844. Hoy, a favor de Haití, y en contra nuestra, se levanta burlona y distorsionadamente la figura del humanismo, un humanismo salvaje que busca desvestir a un santo para cubrir al otro, mientras que el desvestido, casi maniatado, no haya protección ni en su propio país. Es por todo esto que siempre hemos considerado que este es el más grave y esencial problema del país dominicano.

 

 

Atentamente,

Melania Emeterio Rondón

Una desconsideración

Señor director:

El Plan Nacional de Regularización de Extrjeros ha tenido un costo elevadísimo para el Estado Dominicano.

Una acción sin precedentes que ha sido boicoteada por el Gobierno haitiano, que no dotó de la documentación requerida, en el tiempo requerido a sus ciudadanos. No tienen razón entonces de tildar a los dominicanos de xenofos, racistas y culparlos de sus penurias. Eso es una barbaridad, una mentira y una desconsideración.

 

Atentamente,

Jorge A. Abreu Eusebio.

El Nacional

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