Balance de CNDH
Señor director:
(3)
Respecto a los derechos civiles y políticos se ha vivido en este año en nuestro país un grave retroceso. En línea general podemos decir que tanto la Policía Nacional como otras instituciones como por ejemplo la Dirección Nacional de Control de Drogas, están muy lejos de ser organismos que brindan apoyo y seguridad a los ciudadanos tanto nacionales como extranjeros.
A la fecha (noviembre 2015) se calculan sean alrededor de 180 los ciudadanos caídos bajo los disparos de los policías y miembros de nuestros cuerpos de seguridad en los mal llamados “intercambios de disparos”.
En realidad todos llevan el mismo patrón: ejecuciones a quemarropa de ciudadanos desarmados (muchas veces esposados y pidiendo clemencia) o realizadas con uso desproporcionado y excesivo de la fuerza pública.
La práctica de la tortura y la violencia se han vuelto una constante durante las detenciones y en los interrogatorios.
El derecho a la libre expresión y a la protesta pacífica en espacios públicos también ha sido violentado varias veces este año, sobre todo respecto a las protestas contra la corrupción organizadas por la coalición Poder Ciudadano todos los miércoles frente a las Oficinas de Ingenieros Supervisores del Estado (OISOE).
Respecto al tema migratorio, el cierre del término del Plan Nacional de Regularización de Extranjeros, como era previsible ha provocado algunas situaciones difíciles en algunos puntos fronterizos mientras que graves situaciones de racismo han preocupado las organizaciones defensoras y promotoras de los derechos humanos.
Atentamente,
Manuel M. Mercedes
Presidente CNDH
Una reflexión necesaria
Señor director:
La población dominicana debe, especialmente las autoridades del Gobierno y los especialistas de la conducta humana, aprovechar que el 2015 está a punto de terminar para reflexionar sobre las razones que mantienen el país en niveles tan altos de violencia callejera y domiciliaria , que este año ha costado la vida a decenas de ciudadanos y heridas graves a otros tantos. Determinar las causas de tanta ira e intolerancia salvará muchas vidas.
Atentamente,
Claudia Acosta, ama de casa