Opinión

Cartas de los lectores

Cartas de los lectores

 
El viernes 15 de abril apareció en el periódico “Hoy” el siguiente titular: “Procurador denuncia que haitianos talan árboles”. Se trata de Roberto Díaz, Procurador de Medio Ambiente en Jimaní, quien, en un acto de evidente desesperación, pide a las autoridades (siendo él una autoridad) evitar que un grupo de más de 60 haitianos terminen de deforestar por completo las montañas de Jimaní. La denuncia dice que los haitianos también están acabando con las plantas endémicas. El grito de este funcionario conmueve hasta lo inimaginable, pues él mismo no entiende cómo es que los haitianos caminan 10 Kilómetros para quemar carbón, y no aparece en el trayecto un policía para detenerlos.

Esta noticia, que de ser grave, pasa a ser triste, pues nos retrata como un pueblo de manos atadas y ausente de virilidad, hace que, de todos modos, nos preguntemos qué ha hecho el pueblo de Jimaní, o la provincia Independencia, pero de manera más esclarecedora y urgente, el Ministerio de Medio Ambiente. Les sugiero (a quienes esto lean) que busquen esta información y que la reflexionen para luego preguntarse qué se puede hacer.

Sabemos que el miedo es tan grande que opera con mayor fuerza que la complicidad, pues el estado de cosa ha llegado a tal punto que quizá, (y sin quizá) la misma policía teme detener a esos delincuentes haitianos para evitar que se les vea como racista y antihaitiano, y vengan por eso a sentar nuevamente al país ante tribunales internacionales, y condenándolo en el acto. Es con manos atadas y con miedo, como tienen a la República Dominicana los enemigos internacionales y la cizaña local. ¡ Qué horror!

Quedan muchas personas que quieren seguir ignorando lo que está claro como el sol. Ojalá que esta denuncia avive una llamita en la inconciencia de una parte importante de la colectividad dominicana, y puedan visualizar qué es lo que, en nombre de su hambre (de la que no tenemos culpa), y apoyados como se saben, pueden los haitianos seguir haciendo contra nuestro país, sabiendo que ante la menor reacción, quedan justificados los malsanos planes fusionistas. Pongámonos de pie frente a las amenazas que nos asechan, pues la razón está de parte nuestra.

Hoy, atropelladamente, estamos bajo los efectos de la saturación que provocan los ruidos y cantos electorales, y nos olvidamos de que no hay problema más grande para la República Dominicana que los planes de fusión de los dos países, es decir, nuestra ruina. Recordemos que la maldad no duerme, sigue tendiéndonos el cerco. ¡Despabilémonos, por Dios !

Atentamente,

Melania Emeterio Rondón

El Nacional

Es la voz de los que no tienen voz y representa los intereses de aquellos que aportan y trabajan por edificar una gran nación