Pérdidas y frustraciones
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Fue al fragor de los resultados electorales, y absorbidos por el machismo / individualismo, que varios candidatos de diferentes demarcaciones, lanzaron como presión, un ultimátum:
“A mi hay que matarme”. Esta frase puede indicar que frente a un triunfo arrebatado, había que sacar la cara por los dueños/as de los votos, su comunidad o el municipio. También esta amenaza de matarse, pudiera significar que si a pesar de lo que hizo deshizo, no logró lo anhelado, busca al culpable, amenazo con matarme, y así creen los demás que la razón le asiste, y hasta se tiran a las calles, y luego venga el lamento.
Si el “A mi hay que matarme” fuera en aras de los intereses nacionales, la soberanía por ejemplo, esas personas merecieran estar en el más alto pedestal, pero no, en ninguno de estos casos existe otro anhelo que no sea el beneficio personal, el promoverse a si mismos, aunque hablen en nombre de la comunidad. Ya es tiempo de que se cambien esos patrones de comportamiento político, y que a fuerza de educación cívica bien orientada, la gente rechace de plano a quienes viven de la política concebida a su modo, y en su provecho.
Finalmente, de cara a los resultados electorales, cierro esta opinión diciendo que “Al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios”. Que la Junta pague por sus comprobadas deficiencias, y que los partidos también sean puestos bajo el crisol de su irresponsabilidad, que depuren sus filas, humanicen su práctica política, y se apeguen un poco más al ideal de los intereses nacionales.
Atentamente,
Melania Emeterio Rondón
Transporte terrestre
Señor director:
Hay que crear un ministerio de transporte para unificar todas las instituciones del área. Debe ser un ente que se encargue de de la política del sector, planes, programas y supervisión de todas sus actividades. Las alcaldías, seguirán la gestión del sector, en sus comunidades. Las prestadoras han creado un caos, monopolizando el servicio, el cual es malo y caro, afectando a los usuarios y a la colectividad nacional. Realizan todo tipo de actividades ilícitas. Las llamadas federaciones son verdaderos monopolios, violatorios de las leyes nacionales, que usan la extorsión , el chantaje y la violencia para hacer valer sus intereses, en menoscabo del interés de los usuarios y del país, provocando pérdidas de vida y económicas; el gobierno debe retirarles los subsidios.
Atentamente,
Américo Julio Peña