Opinión

Ciudad y desigualdad

Ciudad y desigualdad

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Sin soportes objetivos, los indicadores son engañosos. Si ajustamos el tamaño de una economía al volumen de la masa monetaria circulante, es probable que la de San Francisco de Macorís sea actualmente mayor que las de todo el país, 53 años atrás. No digamos de Santiago. De ahí que sea un espejismo aquello de crecimiento a partir de lo que tenemos en los bolsillos. Solo los medios de producción de bienes y servicios proporcionan auténticas riquezas.

Dajabón tiene un enorme capital como puerta de entrada de Haití, lo cual le ofrece una ventaja comparativa. Depende de cómo aproveche este recurso organizando el mercado natural que posee, fabricando y mercadeando los productos que demandan nuestros vecinos y la enorme masa de consumidores y comerciantes locales que viaja a ese punto atraídos por las ofertas haitianas. Combinación altamente favorable para esa población.

Es mentira que seamos tres, quince o veinte repúblicas como las de 1961. También lo es que cada provincia haya crecido a tal grado que pueda darse el lujo de considerarse autosuficiente. Faltan los númerosque puedan dar la buena noticia de un verdadero crecimiento. Se trata de producción, no de fantasías administradas. Podemos celebrar cuando hagamos de cada provincia una verdadera república. Especializadas en diferentes renglones, todas serán bastiones envidiables.

Bávaro, Punta Cana, La Romana con más fe en la industria hotelera; Puerto Plata con más fuerza y empeño en una mezcla de turismo, agro producción, rescate de la vieja industria licorera y chocolatera, y la actividad portuaria; Valverde en el banano, arroz, zonas francas; Santiago Rodríguez sacando más provecho de la ley fronteriza de protección industrial, explotando el turismo de montaña en Mención; Barahona y Pedernales con sus fuertes potencialidades en el turismo y la industria. Y así por el estilo.

Son imprescindibles las instituciones y recursos del Estado para un plan quinquenal. Dar el ejemplo marca la pauta. Descentralizar la economía requiere medidas audaces, sinceras e impactantes, aun cuando sean de forma. Reubicar ministerios y entidades de segundo rango en todo el país enviaría una seria y determinante señal en este sentido. El ministerio de la Mujer honraría a todas las dominicanas y tendría igual o mejor servicio si sus oficinas operaran desde Salcedo. Santiago o La Vega son las casas naturales del ministerio de Agricultura, Medio Ambiente, en San Juan; Turismo, en Puerto Plata o Barahona; Minería encaja en Pedernales. Ni Idecoop, ni el Indrhi, ni Inespre haces nada en la Capital. n Mao, Moca o en Bonao les iría mejor, en sus realidades respectivas.

El Nacional

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