Opinión

Cójanlo

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El caso del ron no es más que otro eslabón de una larga cadena de maniobras que contaminan el mercado. Medicamentos, pinturas, whisky, rones, cigarros, discos y una larga lista de mercancías circulan sin cumplir con controles de calidad, el pago de los impuestos correspondientes y ninguna otra norma. Las falsificaciones que, como en el caso de los medicamentos se registran desde hace tiempo en un abierto desafío a las autoridades, no solo constituyen un riesgo para la salud, sino que atentan contra el fisco y el empleo.

Con el ron, de acuerdo con las denuncias, se ha llegado al extremo de colocar en el mercado el producto sin etiqueta, sin que, hasta donde se sepa, se haya realizado una investigación. Ante la competencia desleal los fabricantes, que tienen que pagar impuestos, están con el grito al cielo.

Y no es para menos por la caída en las ventas que representa la práctica. Si las autoridades no intervienen con medidas eficaces frente a las maniobras y falsificaciones de bebidas alcohólicas, medicamentos, cigarros, pinturas, discos y otros, las dificultades de fabricantes y productores serán más estresantes.

El Nacional

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