Más descrédito
Las estadísticas no son ni han sido nunca un ejemplo de credibilidad por estos predios. La gente suele aceptarlas para no entrar en discusión, pero siempre con su pícara reserva. Son las autoridades con esa propensión a la espectacularidad para engatusar las que se han ocupado de desacreditar sus balances. Con frecuencia se ha escuchado que la criminalidad es más percepción que realidad. Y ni hablar de las estadísticas sobre la economía.
Aun así, no ha dejado de sorprender que algo que se tenía tan simple como el recuento de muertos y heridos en festividades como las navidades no responde siempre a la verdad.
El colega El Día encontró, valiéndose de la ley de Libre Acceso a la Información Pública, que los datos del Centro de Operaciones de Emergencia (COE) sobre los muertos y fallecidos en las fiestas de Navidad y Año Nuevo son inferiores a los registrados por los hospitales.
Como no había manera de negar los hechos, el COE recurrió al pretexto de que muchas de las víctimas estaban fuera del alcance de sus operativos. Lo que se interpreta, sin embargo, es que las estadísticas se manipulan para hacer gala de eficiencia.