A pesar de que no se reportó ningún fallecimiento, el boletín de ayer del Ministerio de Salud sobre las incidencias de la covid-19 debería asumirse como una estruendosa alarma en torno al peligroso derrotero que toma la pandemia.
La cantidad de contagios en 24 horas ascendió a mil 429, cifra astronómica si se toma en cuenta que para que el país pueda situarse en el sendero de contención del coronavirus, el número de infectados no debería superar de manera constante los 300 casos.

En ese boletín se indica que la positividad diaria (número de contagios por cada cien pruebas PCR aplicadas), se elevó a 23.84%, cifra astronómica si se toma en cuenta que el parámetro usado por el ministerio de Educación para autorizar reapertura de docencia es de 5%.

El presidente Luis Abinader ha dicho que el rebrote de covid-19 se concentra en el Gran Santo Domingo, pero sería bueno decir que en esa demarcación se concentra el 40% de la población, con más de cuatro millones de habitantes, por lo que aun así, la situación tiene ribetes de gravedad.

Tan alto número de contagios se corresponde con la cantidad de pruebas PCR (8,940), lo que hace suponer que cuando disminuye su aplicación también disminuyen las infecciones por coronavirus, razón por la cual debe advertirse que el rebrote se mantiene en alza.

No se debería pasar por alto el dato referido a la ocupación de camas de cuidados intensivos (57%), que ya suman 306 de las 539 disponibles, aunque el jefe de Estado afirma que lo que ha sucedido es que las clínicas privadas redujeron la disponibilidad, por lo que las autoridades solicitaron restablecerlas.

Se resalta también que de los 403 ventiladores disponibles, 197 están en uso por pacientes de covid-19, equivalente a un 49%, otro dato desalentador sobre un rebrote pandémico cuyo riesgo o peligro parece no preocupar demasiado al Gobierno ni a la población.

El Presidente admite lo difícil que resulta retornar al confinamiento, por lo que ha reiterado su llamado a la población a vacunarse y a cumplir con el protocolo de prevención pandémica, consistente en lavarse las manos, usar mascarillas y mantener distanciamiento. Las estadísticas indican que el cuadro pandémico pinta color de hormiga.