En defensa de La Silla
Los V Premios La Silla, de la Asociación Dominicana de Cineastas, fueron realizados el pasado lunes en Casa San Pablo, dando como ganadora casi absoluta la película Veneno: El relámpago de Jack, dirigida por Tabare Blanchard.
El triunfo del proyecto de RiccardoBardelino es muy justo, aun cuando tal vez la proporción en que ha ganado, en detrimento de otros proyectos que también tenían condiciones para ganar, haya sido excesiva.
Cuando escribimos sobre el resultado de los premios, referimos que históricamente La Silla se ha caracterizado por tener como ganadora, una película ganadora (Quien Manda, La Montana, Código Paz,y la Familia Reina).
Una mención especial de un resultado espectacular fue el de La Gunguna, que logro 17 estatuillas y 22 nominaciones.
¿Qué ocurre con La Silla que casi siempre arrasa una película? ¿El sistema de votación se presta a ser manipulado? Pues no.
¿Es culpa del presidente de Adocine? Tampoco.
¿No tiene cada miembro de Adocine, derecho a un voto por internet? Ciertamente.
¿Es una votación deliberadamente viciada? Pues tampoco.
¿Es un premio importante por ser el más completo, el mas profesional? Pues si lo es.
El problema parece estar en el numero de personas que participa (tanto como recurso técnicos como por ser talento) de cara a la capacidad de votar.
Lo lógico es que cada quien vote por la película en que participa, lo que abre la posibilidad que una un al equipo de 150 personas, un equipo con un mayor numero de personas, por ejemplo, en su departamento de maquillaje, o de efectos especiales, tendrá más votos que otra, de igual o superior calidad, con un equipo de 25 personas.
Pueden las dos películas merecer el premio La Silla, pero a la hora de votar, nos números son los números. En este panorama, serán perjudicadas las producciones mas independientes y con menos gente en sus nóminas.
El Premio La Silla debe ser preservado, debe ser mejorado, debe ser revisado para superar este aspecto. Un cineasta no debería votar por su propio trabajo. Es un consejo que ofrecemos. Solo eso.