Opinión

Crisis del PLD y del todo

Crisis del PLD y  del todo

El PLD pasó de sufrir la fase soterrada de su crisis al despliegue abierto y progresivo de su decadencia, temporalmente expresada en el choque agudo entre sus dos principales dirigentes y facciones clientelistas, seguida de un pacto infame entre ellas, que persigue remozar y garantizar el continuismo de su dictadura institucionalizada y el secuestro ilegal de todo partido por su Comité Político.

A partir del discurso de Leonel Fernández anunciando su resistencia a la reapertura del capítulo de la reelección sucesiva que favorece al Presidente Medina, sin fuerza para cerrarlo; seguida del galletón que implicó su aprobación por el Senado, se precipitó la caída de su maltrecho estrellato y la tendencia a un pacto descarado que envuelve darle paso a reelección a cambio de impunidad, consignando a la vez re-postulaciones y privilegios a favor de los legisladores encargados de aprobar la enmienda constitucional y otras garantías

Siempre dijimos que en estas condiciones, con las temporales ventajas electorales del actual presidente, vigente el partido-estado morado, diezmada la pusilánime oposición tradicional, controlando Danilo el presupuesto y el tren gubernamental de la dictadura, los resultados iban en dirección a la imposición de la fórmula reeleccionista.

En tales circunstancias es también ilusorio esperar resultados diametralmente distintos en un escenario electoral nacional manipulado y trampeado en extremo por la dictadura morada compartida, ahora bajo la égida del Presidente Medina que desplaza del centro de la competencia al líder de la facción más desacreditada del peledeísmo; escenario en el que además sus principales adversarios, sin proyectos alternativos, aceptaron pasivamente los corrompidos amarres institucionales, sin esconder complacencias con Danilo y prefiriendo la competencia con Leonel.

Queda claro que en esas pugnas, antes y después de haber sido temporalmente negociadas al interior del cohollo del PLD, no hay bondades, no hay principios, no hay diferencias en cuanto a proyecto de Estado, país, nación o sociedad.

No hay diferencias esenciales como no las hubo en las diversas crisis que se han tragado y deteriorado al PRSC y el PRD. Como tampoco las hay en la conformación del PRM, en la llamada Convergencia y el pretendido frente opositor, cuyas fuerzas hegemónicas están infectadas por bacterias parecidas.

Priman las ambiciones personales y grupales dentro de esquemas parecidos de poder, de partido y gobierno; desatadas desde una cultura en la que se conciben las instituciones como patrimonio de funcionarios asociados a grupos y corporaciones capitalistas del sector privado, subordinados todos a poder imperial de EEUU.

El Nacional

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