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En 1984 el periodista ruso Nicolás Notovich publicó en francés el libro “La Vie inconnue de Jesús-Christo” (La vida desconocida de Jesucristo). Dicho material, que décadas después también ha sido editado en español bajo el título de “La vida secreta de Jesucristo”, causó gran revuelo entre las altas autoridades católicas y protestantes, en esos años.
La tradición dice que Jesús viajó por la “ruta de la seda”
Notovich, primero viajó a Afganistan, luego pasó por Cachemira, hasta llegar a los montes de Mulbekh, en Ladakh. En estas tierras de Cachemira se encuentran los monasterios y lamasterios del Dalai Lama, puerta de entrada del budismo. En este lugar visitó el convento Himis (Leh, capital de Ladagh), cuna de la secta del Buda Gotama, y ahí se encontró con los famosos archivos de Lhasa. La historia de estos rollos (copias que llegan a 84,000 manuscritos disgregados en los santuarios) habla de que hace 3000 años el buda se encarnó en el príncipe Sakiamuni, el cual propagó las doctrinas de sus veinte reencarnaciones. Biografía budista de 244 versos que habla del Santo Issa.
Una de ellas aconteció hace 2000 años, cuando se reencarnó en el hijo de una familia pobre, el que debía de aclarar la vida de ultratumba a los infelices. Así que cuando el “Sagrado Niño” alcanzó cierta edad se le condujo a la India para que estudiara las leyes del Buda.
Este era el Santo que Issa, nombre oriental de Jesús. Se veía como “profeta e hijo reencarnado de Buda”. Esta biografía budista consiste en 244 versos escritos en lengua Pali, 200 años después de la muerte de Cristo. Explican las versiones sobre Issa.
Todavía se habla de la vida no conocida de Jesús
Según la segunda parte del libro de “La vida Secreta…”, escrita por el ruso, los versos gnósticos relatan que a los trece años de Jesús, -de acuerdo a la tradición antigua israelita y árabe-, debía tomar esposa. Entonces Él para no romper la tradición, abandonó secretamente la casa de los padres en Jerusalén, y viajó al oriente por “la ruta de la seda” de las caravanas hindúes, con la idea de perfeccionarse en “La Palabra Divina”.
Fue así que viajó por lugares de la India como Juggernsut, Rajagriha, Benarés y otras ciudades santas donde pasó seis años aprendiendo las “Leyes del Buda” y enseñando sus “Sagradas Escrituras”.

