¡Con Roberto siempre!
El pasado 22 de agosto del año en curso, en esta columna, con el título de ¡Vamos a la pelea!, consigna que aprendimos, según recordamos, en las escuelas primarias de «El Salvador», en San Francisco de Macorís y en la escuela primaria de varones «Honduras», en Montecristi, consigna varonil que a su vez generó otra que decía «La pelea es peleando» y nos apoyamos en ese recuerdo de nuestra infancia para advertirle a nuestras compañeras y compañeros, miembros militantes del PLD, que teníamos que recordar y tener presente que Juan Bosch, el gran maestro político dominicano y de América, apoyado en su extraordinario y excepcional valor cívico, había fundado esa organización para defender, al costo que fuera, la soberanía, dignidad e integridad de la nación dominicana. Eso lo demostró cuando bajo su liderato político organizó Rafael FernándezDomínguez, a los militares constitucionalistas que tenían como objetivo estratégico restablecer el gobierno patriótico, democrático y honesto que había presidido Juan Bosch a partir del 27 de febrero de 1963.
Advertimos que una llamada Institucionalidad Democrática era el nombre de un intento de organización partidista de la llamada Sociedad Civil, financiada y dirigida por la USAID, instrumento de difamación, calumnias e intervención de la política exterior de Estados Unidos de América en el escenario hispanoamericano, que ha venido a sustituir los tradicionales golpes de Estado militares que imponían la política de dominio, despojo y explotación de esa poderosa nación del norte de América.
Estamos viviendo ahora una intervención agresiva, abusiva e irrespetuosa, cuando la embajada de los Estados Unidos en el país, desconoce y le quita las visas que tenía a su nombre el presidente de la Junta Central Electoral, Roberto Rosario Márquez, que con mucha dignidad, honestidad y responsabilidad ha presidido y organizado los últimos procesos electorales en nuestro país. Cuánta dignidad y responsabilidad ha demostrado Roberto Rosario, cuando recibió en su despacho a la señora cónsul de Estados Unidos quien fue a notificarle la decisión tomada por la embajada de su país.
Ese es el primer paso en nuestro escenario político para intentar consolidar ese mamotreto monstruoso, que encabeza un pequeño grupo de empresarios aventureros y oportunistas encabezados entre otros grupos por Participación Ciudadana, FINJUS, y otros escuadrones de la caballería a la cual se sumará en su momento oportuno la llamada comunidad LGBT, encabezada por el pintoresco y fantasioso personaje que está investido de la autoridad diplomática de embajador de Estados Unidos de América, o sea, en realidad representa al presidente de ese poderoso país.
Detrás, desde luego, vendrá el PRM, con su tambor mayor Luis Abinader y la pequeña cola que en la realidad no son partidos, en la que están integrados y militan una pandilla de jóvenes descarriados «veletas políticas» que han perdido, desgraciadamente, para ellos y nuestro país, los principios de patriotismo, honestidad y dignidad.
¡Con Roberto siempre! a su lado, y que tenga en lo más profundo de su conciencia que su conducta como funcionario público es profundamente apreciada, comportamiento que lo hacen acreedor a ser reconocido como un digno discípulo de Juan Bosch y un servidor sin dobleces y sin temor, al servicio de su patria.