¡Cuántos absurdos!
El Diccionario de la Lengua Española, al definir la palabra absurdo dice: “absurdo, da. (del lat. absurdus). Adj. contrario y opuesto a la razón; que no tiene sentido. Extravagante, irregular. Chocante, contradictorio. Dicho o hecho irracional, arbitrario o disparatado”. Palabra que consideramos la más apropiada, para introducir en esta columna el tema de las ideas y las promesas que hacen algunos políticos, aspirantes a la presidencia de la República y muchos de los seguidores de esos aspirantes y del partido al que pertenecen, lo que nos preocupa profundamente sobre todo con los años que dejamos en el ejercicio del magisterio, que nos dan la autoridad de comprender hasta dónde está llegando la ignorancia absoluta de nuestro pueblo.
Nos autoriza también, además del magisterio, el ejercicio profesional como abogado de 40 años y la profesión de periodista, a la que todavía no hemos renunciado.
El candidato a la presidencia del llamado Partido PRM, Partido Revolucionario Moderno, señor Luis Abinader, habla de manera permanente de la necesidad de nombrar, lo que hará tan pronto llegue al poder, “un fiscal independiente” que no va a estar al servicio de su partido ni de ningún partido, y que desde luego no estará al servicio, como subalterno del jefe del Estado. Más adelante explicaremos qué funciones reales desempeña el Procurador General de República, quien es en buen dominicano el jefe burocrático inmediato del Ministerio Público; pero primero le pedimos al señor Abinader que asesorado por abogados profesionales dé lectura al Capítulo V de la Constitución de la República, que se refiere al Ministerio Público, desde el artículo 169 hasta el artículo 175. Con la intención de nuestra parte, de que no siga repitiendo tantos absurdos, o en buen dominicano, tantos disparates.
La estructura política y jurídica del Estado dominicano está conformada por tres poderes: Poder Legislativo, que lo integran el Senado y la Cámara de Diputados; Poder Ejecutivo, que lo representa y ejerce como jefe del Estado, el Presidente de la República, y el Poder Judicial, que lo integran los tribunales de la República, no hay otros calificativos, encabezado por la Suprema Corte de Justicia, el Procurador General de la República y las Cortes de Apelación, los tribunales de primera instancia y los juzgados de paz, que existen en todos los municipios del territorio nacional.
Aquí no existen “las altas cortes”, que no es más que otro disparate; lo que existen son tribunales superiores, que puede decirse también tribunales de primer, segundo y tercer grado. Organización vigente desde la proclamación de la República en el siglo XIX, siguiendo el modelo que creó la Revolución Francesa y que consolidó el consulado y el imperio que encabezó Napoleón Bonaparte.
En la verdad real señores del PRM, el Ministerio Público representado por el Procurador General de la República y los procuradores de las Cortes de Apelación, fiscales de tribunales de primera instancia y los fiscalizadores de los juzgados de paz, son los representantes del jefe del Estado o sea el presidente de la República, en el Poder Judicial y las cortes, tribunales de primera instancia y juzgados de paz que lo integran.
El absurdo o disparate de un “fiscal independiente” no tiene explicación y la única que podríamos aceptar es la ignorancia absoluta de quienes anuncian su aparición en el Poder Judicial. Por Dios, y apelamos a esa exclamación popular, no confundan más al pueblo dominicano que se merece respeto y consideración.