Dirigentes ganaderos han advertido que la producción de leche se redujo en un 50 por ciento a causa del sacrificio en masa del ganado vacuno porque las reses morirían de hambre y sed a causa de la prolongada sequía que afecta al territorio nacional.
Se trata de una noticia desalentadora ofrecida en forma separada por los presidentes de la Asociación Nacional de Hacendados y Agricultores, Ulises de Beras; de la Asociación de Ganaderos del este, Pablo Contreras, y del dirigente de esa entidad, Alexis Pablo.

Contreras ha dicho que los mataderos están repletos de ganado vacuno porque los ganaderos prefieren sacrificar las reses a que mueran de sed y hambre y perder la carne, mientras que Beras y Alonzo definen la situación de la ganadería lechera como catastrófica.

Las agencias gubernamentales relacionadas con la provisión de agua y pastos han sido compelidas a atender la difícil situación por la que atraviesa la ganadería a causa de la sequía, tan grave que en la zona de Luperón, Puerto Plata, se secaron las lagunas y los pozos de agua, lo que condena al ganado a una irremediable muerte.

La Dirección de Ganadería ha intentado paliar la situación con el envío de agua y caña de azúcar a productores de El Seibo, Hato Mayor y Puerto Plata, pero los gremios ganaderos lo consideran insuficiente y reclaman del Gobierno auxiliar a pequeños y medianos productores.

La denuncia de que miles de reses lecheras son sacrificadas porque morirían de hambre y sed, debe ser recibida como un asomo de catástrofe que debe ser afrontado por las autoridades con medidas excepcionales que impliquen la mayor provisión de agua y pasto para las fincas afectadas.

La Mesa de Agua, Ministerio de Agricultura y Dirección de Ganadería deberían sostener encuentros sucesivos en todas las regiones productoras de ganado de leche y carne, a los fines de establecer un protocolo de emergencia que permita disminuir el impacto hasta ahora devastador que tiene la sequía sobre ese importante sector de la agropecuaria.

Que no se tome a juego la advertencia de que la producción de leche se reduce a la mitad y de que los mataderos están llenos de ganado vacuno que se sacrifica porque moriría de hambre y sed a causa de la sequía.
De lo que se habla es de un panorama dramático y desalentador.