Entre pediatras
Tal y como prometí fui el pasado domingo al acto de exaltación, organizado por la Sociedad de Pediatría, como pediatras eméritos de tres personas que aparte de la especialidad de cuidar y atender niños tienen en común haber dedicado sus vidas a darse por los demás. En un acto hermosísimo, solo opacado porque comenzamos una hora tarde (estaba pautado para las 6 de la tarde), a la espera no sé de quién lo que obligó a que un grupo de baile de cuatro parejas y un grupo musical de unos veinte muchachos y muchachas, todos con condiciones especiales, del Teatro Orquestal Dominicano (TODO), adscrito al Ministerio de Cultura presentaran, cercanas las 9 de la noche su espectáculo el que por cierto es de alta calidad; pero eso no le quitó brillo a la hermosa ceremonia de la que fue protagonista esa hermosura de ser humano que es Ana Teresa Suazo, la primera pediatra que se instaló en San Pedro de Macorís y que es señalada por su abnegada dedicación a los pacientes, a tal punto de que a veces, cuando los ve delicados y no cree poder resolverles el padecimiento, los monta en su propio vehículo y los trae a la capital. Me gustó verla, como siempre, alegre, jovial y estaba contenta con el galardón acompañada de sus tres hijas médicas y un par de nietas. El Dr. Luís Alan Lora hizo su semblanza.
Le seguía en la exaltación Santiago Castro Ventura, de vida social, gremial y literaria prístina, nunca ejerció privadamente y se le reconoce su apego a la defensa de los mejores intereses de la patria; sumó a su ejercicio médico reconocido en la premiación su labor destacada como historiador que le ha llevado a publicar una veintena de libros y a ganar dos veces el Premio Nacional de Historia. Su compañero y colega pediatra César Gómez realizó una magistral presentación.
Cerró la oriunda de Moca Altagracia Guzmán Marcelino, a la que la excelente y emotiva presentación de la siempre exquisita Isabel Menual logró arrancarle lágrimas a esta dura y siempre hermosa mujer, que al decir de Castro Ventura nunca le lució levantar banderas feministas. Bonito acto que al reseñarlo me permitió no escribir sobre la “exitosa” convención del PRD.