Opinión

¡Cuánto irrespeto!

¡Cuánto irrespeto!

POR: Domingo Porfirio Rojas Nina
rojasninasc@hotmail.com

 

Nuestro gran país se encamina a callejones sin salida y a turbulencias en constante asecho. La inconducta de tantas personas, los feminicidios, las violaciones a la ley, el irrespeto a lo ajeno, la decadencia moral y frustración de muchos, acarrean síntomas preocupantes.

Aquí es poco lo que se respeta y se protege, y son millones de ciudadanos y agrupaciones que violentan el orden público, cual caudillos insolentes, considerándose dueños de bienes municipales, del Estado y privados.

Vivimos una etapa de indolencia, donde nada importa, ni se respeta, ni se piensa en el imperio de la Constitución, sino de infringirla despiadadamente ante la indiferencia de algunas autoridades. ¿Nos estamos acercando a Sodoma y Gomorra? El tiempo hablará.

Tenemos adolescentes ingiriendo bebidas alcohólicas en restaurantes, negocios, hoteles, casas de citas, comercio sexual de menores y adolescentes; niñas exhibiendo sus cuerpos por televisión, con la anuencia y alegría de madres y tutores, con bailes impúdicos y obscenos. Y ahora tenemos una bailarina enseñando los glúteos por televisión.

De tantos casos graves ocurrentes, uno de ellos es la ocupación de parques, calles, avenidas y lugares privados, donde la ciudadanía no puede transitar, aceras y contenes y ciudadanos lanzándose al peligro y hasta la muerte. ¡Cuánto irrespeto!

El 95% de las calles de la ciudad Capital están ocupadas por vehículos y el transito es un infierno y peligrosidad permanente, así también negocios diversos que turban el ambiente, el sosiego, familiares residentes y parte del pueblo, donde el bullicio de música es insoportable, causado muertes, enfermedades, por la imposibilidad de estos de vivir y dormir en paz. ¡Cuánto irrespeto!

Se lanza la basura por doquier, con la grave consecuencia de enfermedades y hasta fallecimientos de personas mayores, niños, niñas y adultos.

De seguir así, ¿por dónde nos llevarán estos caminos infernales y sangrientos?

Y las leyes, letras muertas para los que las violentan sin el menor pudor y continúan haciéndolo, porque nada les pasa, siguen percibiendo ganancias y lucrándose de lo ajeno, haciendo cuanto nos venga en ganas, sin pensar en el daño que causan a los demás, ni en el principio que resa: “No hagas a otro lo que no gustas que te hagan a ti”

Y los dementes y enfermos transitando por avenidas y calles, y los ancianos pidiendo limosnas, y los niños y jóvenes vendiendo mercancías por no caer en delito. ¡Esos humildes y laboriosos trabajadores no se les toma en cuenta!.

¿Y que hacemos frente a esta Barbarie?

¿Por qué ciudadanas y ciudadanos serios y preocupados por la tranquilidad, instituciones, agrupaciones, sectores religiosos, educativos y algunos departamentos del gobierno no se unen y firman una cruzada contra tantos infortunios y despropósitos, no para pronunciar discursos extensos ni filosóficos, sino, buscar fórmulas viables y paradigmáticas?.

¡Ay, los pobres caballos y mulos, recibiendo palizas, machetazos, hambre, golpes y pelas de sus verdugos, no obstante una ley que les protege.!. ¡Hasta cuando, por donde nos llevarán estos caminos!.

El Nacional

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