POR: Chiqui Vicioso
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Espléndida la decoración de la Embajada Norteamericana para la celebración de este Cuatro de Julio. Un pasillo de gingers rojos, la sonrisa de jóvenes muchachos vestidos como vaqueros, así como carpas tricolores, llenaban de alegría el ambiente.
El programa comenzó de manera inusual, con las palabras en español del esposo del embajador Brewster, algo celebrado por este y la audiencia.
Toda la inteligencia del país estaba en la recepción y todos al saludarse decían que habían ido para expresar su solidaridad con los homosexuales. Un enorme cambio cultural en una sociedad hastiada del vociferante y agresivo fundamentalismo del dogma. Si Dios es amor y nos dotó de libre albedrío, ¿quiénes somos nosotros para arrogarnos un papel que El no juega?. Siempre he dicho que prefiero el amor entre dos hombres adultos que la pederastia, porque los niños y niñas no pueden defenderse, y las horrorosas cifras de niñas embarazadas en este país, y con riesgo de morir de parto, atestiguan el predominio de la pederastia –heterosexual- en la población.
La inteligencia nacional expresó varios consensos, entre las pausas de un conjunto de música country importado para la fiesta, que me hizo añorar a Bob Dylan.
El primero es una preocupación nacional con el irresponsable retraso del gobierno de Haití en otorgar a su embajada los diez millones que costaría dotar a sus connacionales de documentación. Diez millones se gastan aquí en cualquier boda en el Country y ya Venezuela le dio a Haití más de cuarenta millones de dólares para resolver este asunto. Quienes se frotan las manos son los nacionalistas unilaterales, porque mientras más se retrase el gobierno de Haití en cumplir con sus obligaciones más maquinan ellos cómo dar al traste con la Ley de Naturalización que quieren cambiar por una de simple residencia.
El segundo consenso es una gran alegría por la separación PRSC-PLD, lo que quizás le permita al partido gobernante reivindicar la memoria y principios de Don Juan Bosch. Quienes lloramos viendo a un Don Juan que pensaba estaba en un cumpleaños cuando se le asesinaba moralmente, hoy reivindicamos los diez mil muertos de nuestra felicidad.
El tercer consenso, es que nunca había estado tan decaída la cara de los Estados Unidos, con un presidente que ha alcanzado el nivel más alto de impopularidad, superando a Bush, y que nos ha dejado estupefactos con su declaración de que va a deportar a los niños que desesperadas madres han intentado salvar de la pobreza y la violencia entregándolos a coyotes, porque son una “amenaza nacional”. Es la gota que rebosa nuestro vaso. Los pueblos no admiran la vacilación en los principios, a pesar de todos los fuegos artificiales.