Editorial

De carne y hueso

De carne y hueso

El presidente Luis Abinader declaró que resulta imposible resolver durante lo que lleva de gestión problemas como el desempleo, la baja calidad educativa y otros males, porque “no soy Dios, no puedo resolver esta situación en estos tres años”.

En una entrevista en el programa Esta Noche Mariasela, el mandatario dijo que le ha tocado gobernar en medio de una pandemia, crisis en Haití y la guerra entre Rusia y Ucrania, pero dijo que se recuperaron los empleos perdidos y que hoy hay récord de ocupación en turismo y zonas francas.

Se diría que el Presidente “se canta y se llora”, al señalar que sería imposible resolver esos problemas en solo tres años, al tiempo afirmar que su gobierno ha tenido éxito al afrontar el desempleo que afecta a 560 mil jóvenes (22 %) y al incremento del empleo informal, que asciende a 2.7 millones.

Ante informes de prensa sobre deterioro de servicios públicos, el mandatario sólo admitió falta de previsión en la Dirección de Pasaportes, lo que atribuyó a que en 2020 y 2021 no hubo demanda de libretas, que aumentaron a partir de 2022, aunque le resultaría difícil defender la eficiencia de otras instituciones.

La sociedad no debería reclamar del jefe de Estado que en lo que pestaña un pollo resuelva grandes problemas de la nación, pero sí puede aspirar a que su gobierno alcance logros que se ubiquen entre lo deseable y lo posible, sin que se degrade el rol de instituciones ya establecidas.

A pesar de advertir que no es Dios para resolver los problemas nacionales en tres años, el presidente Abinader prometió que aunque “yo no bebo, me voy a tomar un traguito” el día que llegue el primer crucero a Pedernales y cuando se monte en el teleférico y en el monorriel que se construye en Santiago.

Ojalá que el Presidente también pueda tomarse “un traguito” cuando su gobierno logre controlar la delincuencia y la criminalidad y se anuncie que el año escolar ha sido coronado por el éxito, con excelente desempeño de los estudiantes y porque ya no se dilapidan los recursos del 4 % a la educación.

En su condición de ser humano de “carne y hueso”, al Presidente no se le exige menos de lo que ha prometido ni más de lo que pueda hacer, en la seguridad de que sus éxitos serán aplaudidos por la ciudadania, que también censuraría sus desatinos o inobservancia.

El Nacional

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