El Banco Mundial (BM) advierte que República Dominicana cuenta con un sistema fiscal “excesivamente complicado” y base impositiva “extremadamente estrecha”, a causa de muchas exenciones, deducciones, subsidios e impuestos de tasa cero, por lo que recomienda revisar impuestos a empresas y zonas francas.
En ese informe sobre Clima y Desarrollo, el BM también señala que la inversión pública se redujo del 3.2 % en 2000, al 2.6 % del Producto Interno Bruto (PIB), en 2022, lo que atribuye a que una quinta parte de los ingresos fiscales se destinan a pagar la deuda.
Refiere que la deuda publica consolidada aumentó en la última década hasta un 69.1 % del PIB, aunque en 2022 se redujo al 58.6 %, pero señala que persisten los riesgos de sostenibilidad porque el endeudamiento se mantiene por encima de años anteriores a la pandemia y porque surgen nuevas necesidades de gasto.
Aunque el diagnóstico del Banco Mundial sobre fiscalidad, deuda y gasto público resulta válido u objetivo, sus recomendaciones para afrontar esas falencias lucen radicales o traumáticas, como la revisión del impuesto inmobiliario y el incremento a las tasas impositivas sobre combustibles, alcohol y tabaco.
No se niega lo señalado en el informe del BM, de que sólo el 14 % de los trabajadores formales están sujetos al pago de impuesto por ingreso, aunque los bajos niveles salariales influyen en esa estadística, pero también se admite que la prevalencia de actividades económicas informales motiva baja fiscalidad.
Preocupa el dato referido al déficit operativo del sector energético, con una participación promedio sobre el Gasto Público del 8 %, equivalente al 1.4 % del PIB, lo que acumulado en el último decenio, en términos absolutos, suman casi diez mil millones de dólares.
Las partidas dentro del Presupuesto General del Estado referidas al servicio de la deuda pública y a las transferencias desde el Gobierno al subsector eléctrico para conjurar déficits operacionales de las empresas distribuidoras son un gran agujero negro en las finanzas públicas.
Mal administrada, la receta que recomienda el Banco Mundial para mejorar la fiscalidad, que incluye eliminación gradual de las exenciones, subsidios e incentivos, así como la ampliación del Itebis sobre la mayoría de productos y servicios, conlleva efectos colaterales que podrían provocar convulsiones sociales.
Aunque debe admitirse que hace tiempo que el régimen fiscal requiere de cirugía de corazón abierto.