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Desde mis años

Desde mis años

Fidelio Despradel

  (III)

 Estos pequeños colectivos de jóvenes,  hombres y mujeres, unidos por sus necesidades sentidas, su espíritu y patriotismo y su capacidad de lucha; repito, construirán un núcleo  o  corriente, que se reunirá regularmente, que establezca sus propias reglas y objetivos, que les permita irse convirtiendo en uno de los millares de focos de resistencia y elevación de conciencia que tanto necesita nuestro pueblo; que tomen las calles y los espacios de reunión, para avanzar hacia una resistencia masiva y creciente, alrededor de un programa democrático, construido en medio de la lucha, como ocurrió  en los albores de la guerra de abril, en la guerra restauradora y en las grandes epopeyas por nuestra independencia como nación.

Promoveremos, desde la columna, y otras herramientas, nuestro alcance para que cada municipio del país y cada barrio o sector, construya, democráticamente, las demandas más sentidas de su comunidad, y, sin imposiciones ni discusiones estériles, y sin el mandonismo de quienes se creen con el monopolio de la verdad conviertan esas demandas en una  “gota de agua”, de las millares de gotas, que deben alimentar los torrentes en que se convertirán los esfuerzos de este pueblo, por continuar, y llevar a estadios superiores, los esfuerzos de tantas generaciones políticas, (desde la encabezada por nuestro padre de la patria), que han luchado y se han sacrificado…. nos han legado el ejemplo y el camino en la lucha por una República Dominicana, democrática, libre, próspera e independiente; una república respetuosa con el medio ambiente, en fin… una república donde las grandes mayorías alcancen una vida en dignidad, seguridad y soberanía.

Promoveremos que en cada barrio o sector esta práctica de lucha se repita; que esta forma de enfocar el futuro imaginado conduzca a que se desarrollen corrientes o bloques de resistencia, en base a lo que los y las ciudadanas, decidan libre y conscientemente, la forma y alcance de su participación.

Y que una actitud y práctica de esta naturaleza, llene los valles, las montañas y cada barrio del país, de millares de focos de resistencia, en forma consciente y decididamente democrática.

Este es el único camino seguro para avanzar hacia la construcción de un programa alternativo,  que sirva como objetivo central que permita la gran unidad, dentro de la diversidad, de todo el mundo alternativo del país, como ocurrió en los momentos de la lucha por la independencia, en las grandes luchas restauradoras, en la guerra de abril, y en la Marcha Verde.

 Se trata de un esfuerzo, que a medida que se vaya convirtiendo en realidad, contribuirá a que el pueblo vaya encontrando el programa y el camino que (así pasó, en menor escala, con la llamada “Marcha Verde”) lo vaya convirtiendo en la base de un gobierno popular, sostén de un programa del pueblo y para el pueblo.

En palabras simples, que nuestro pueblo encuentre el camino por donde desatar todas sus energías y demandas contenidas.

El Nacional

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