EN 1962
Los pronósticos de Balaguer reflejaron sospecha sobre una discreta participación suya en el golpe de Estado contra Juan Bosch
CHICHI DEJESUS REYES
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A raíz del derrocamiento de la Junta Militar que sustituyó el primer Consejo de Estado que encabezó el licenciado Huberto Bogaert, el expresidente Joaquín Balaguer hubo de asilarse en la Nunciatura Apostólica, al lado de su residencia de la Máximo Gómez, donde permaneció varias semanas.
A mediados del mes de marzo, de 1962, no obstante la firme oposición de los directivos de la Unión Cívica Nacional (UCN) , al veterano político se le permitió salir al exilio.
El país quedó gobernado por un nuevo cuerpo colegiado presidido por el licenciado Rafael F. Bonelly, e integrado por los demás miembros del Consejo original, con excepción de Balaguer.
En lo inmediato, la UCN, que tenía el control de las actividades política-militares, emprendió una agresiva campaña para “destrujillizar” el país y “eliminar lo que llamaron “residuos de la tiranía”, al tiempo que se trabajó en lograr que las Fuerzas Armadas se adhirieran al nuevo orden establecido.
Fue un período de incesante agitación a nivel nacional.
Seis gobiernos pasaron desde 1961 hasta el retorno de Balaguer en 1966. El mismo Balaguer era gobernante cuando asesinaron a Trujillo.
Lo reemplazó un primer Consejo de Estado presidido por él; una Junta Militar, un nuevo Consejo de Estado, los siete meses del gobierno de Juan Bosch, y el Triunvirato.
Se excluyen los gobiernos fraccionados que encabezaron Antonio Imbert Barreras y Francisco Alberto Caamaño Deñó.
Consumado el manifiesto interés de tener el control del gobierno, la UCN, de agrupación patriótica, decidió convertirse en partido político.
Una asamblea nacional convocada al efecto, se realizó en febrero del año 1962, aprobó la declaración de principios de la nueva entidad, bajo el lema “Revolución Integral”
El pueblo que durante los años de la tiranía había sido obligado y sometido a los ideales del oficialista Partido Dominicano, en poco tiempo tuvo la oportunidad de ver actuar una apreciable cantidad de grupos políticos de diferentes ideologías.
En la ocasión, además de la UCN, realizaban actividades los partidos Revolucionario Dominicano, Revolucionario Social Cristiano, Alianza Social Demócrata, Nacional, Vanguardia Revolucionaria, Progresista Demócrata Cristiano, Dominicano Auténtico, Socialista Popular, Acción Social, Movimiento Popular Dominicano y 14 de Junio.
También se constituyó el Partido Frente Democrático, de vida muy corta, grupo que perseguía la postulación presidencial del licenciado Julio Peynado, quien aceptó originalmente la propuesta, pero antes de los 15 días desistió de la misma.
No obstante la cantidad de agrupaciones, la simpatía del electorado estaba polarizada entre UCN y el PRD.
Mientras tanto, el Consejo de Estado se dedicó a votar una nueva Ley Electoral para ofrecer mayores facilidades al proceso del 20 de diciembre de 1962.
A mediados de junio convocó a las asambleas electorales para elegir a los diputados que debían modificar la Constitución.
Esta escogencia la fijaron para el 15 de agosto del mismo año, pero luego la convocatoria fue revocada bajo el alegato de que la Junta Central Electoral carecía de tiempo material para la organización adecuada del evento.
Ante la situación, la Junta, por cuenta propia, dispuso la nueva reforma constitucional.
A medida que se acercaba la fecha de las elecciones generales del 20 de diciembre, Balaguer, desde su apartamento en el bajo Manhattan, Nueva York, mantenía contactos permanentes con amigos y seguidores y enviaba discursos grabados que eran difundidos en el país de manera clandestina.
Una de las principales preocupaciones políticas del ex gobernante era la posición cimera de la UCN frente a las demás agrupaciones.
Todo indicaba que la lucha comicial se iba a concentrar entre el PRD y la Unión Cívica, organización ésta última que se había dedicado a luchar contra los residuos del trujillato.
Por el otro lado, la generalidad del pueblo hizo acopio de la forma llana y sencilla de hablar del profesor Juan Bosch en sus actividades proselitistas.
Esta simpatía se incrementó sustancialmente luego del debate con el padre Laútico García y de la inoportuna declaración de los famosos látigos del candidato Viriato Fiallo.
En cada encuentro con amigos, igual que en el intercambio epistolar que sostenía con sus seguidores en Santo Domingo, Balaguer reiteraba su preocupación por un posible triunfo electoral de la UCN, sector antagónico a los Trujillo y sus colaboradores.
A fines de noviembre de 1962, semanas antes de las elecciones generales, Balaguer requirió la presencia en Nueva York de Ramón Font-Bernard y del doctor Héctor Pérez Reyes, a quienes preguntó sobrela realidad política del país y las posiciones exactas de los principales contendientes en el próximo torneo.
Cuando los dos intelectuales coincidieron en señalar al profesor Juan Bosch como el seguro ganador de los comicios, Balaguer se levantó del asiento y con una visible sonrisa exclamó: “Nos salvamos… volveremos al Poder”.
Ese fue el vaticinio y dos años y 10 meses después, el primero de julio de 1966, el líder reformista asumía la Presidencia de la República, derivado del triunfo en las elecciones de ese año, convocada tras la Guerra de Abril y el golpe de Estado al Gobierno democrático de Bosch.