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Dulce de berenjena: una ricura en Nagua

Dulce de berenjena: una ricura en Nagua

En este lugar se pueden encontrar dos presentaciones: con crema o sin crema, para la preferencia del consumidor.

La berenjena, que no es un vegetal sino una fruta, no solo es conocida por su diversidad al momento de preparar ricas recetas saladas, sino también por los beneficios que su consumo aporta a la salud.

Es rica en nutrientes, incluido vitaminas, minerales, polifenoles y fibra. Tienen un alto contenido de antioxidantes, ayuda a controlar el azúcar en la sangre, puede reducir el riesgo de enfermedades cardíacas y ayudar a controlar el peso. Este alimento, es una excelente adición a muchas recetas.

En la gastronomía dominicana no falta en la dieta diaria, ya sea guisada, en ensaladas, pastelones con carne y queso, fritas, entre otras formas.

Dulce de berenjena: una ricura en Nagua

Son varios los platillos que se pueden preparar con este fruto cuyo origen se sitúa en India, pero quizás no sabías que existe otra forma de degustarla, como por ejemplo en forma de dulce.

Es difícil imaginar el consumo de la berenjena como postre, sobre todo por su característico sabor con ese toque amargo que tiene. Pero sí es posible y de una manera deliciosa, que está tomando mucho auge en Nagua, provincia María Trinidad Sánchez.

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En ese lugar, distante 131 kilómetros de Santo Domingo, está la Dulcería Ricuras de Doña Esperanza, donde se prepara el dulce de berenjena y unas 25 variedades de otros postres.

Gianilda Esperanza Pérez, un octogenaria maestra pensionada, doña esperanza como se le conoce popularmente en el lugar es la propietaria del negocio y cuenta que aunque ella prepara el dulce de berenjena, porque “no puedo decir que lo invente”, por lo que aclara que lo que está haciendo “es rescatándolo”.

Pero, doña Esperanza le da un toque particular al dulce que prepara en su negocio, debido a que el proceso de elaboración fue creado por ella. Afirma que su dulce de berenjena, al igual que los otros que prepara, es totalmente “artesanal, sin nada de químicos”.

“Por eso le decía que el dulce de berenjena es un dulce que para mí es de una manera empírica porque los pasos fueron creados por mí sola, yo no lo vendía en la escuela, ni vi a mi mamá, todos los procesos yo los saqué, y todo es artesanal porque no me gustan los dulces con procesos químicos”, refiere.

“Cuando yo hice el primer dulce de berenjena compré cinco libras y las pelé yo sola, yo sabía que tenía que sacar la semilla y fui dando los pasos”, recuerda.

Preparación

El dulce es de una elaboración sencilla, pero tiene sus trucos para que sea un deleite al paladar y enamore a quien lo deguste por primera vez.

Los ingredientes que utiliza para su preparación son, el clavo dulce, azúcar y la flor de Jamaica. Este, último, es para para darle su característico y atractivo color.

Para prepararlo se hierve por separado el clavo dulce y la flor de Jamaica, se pelan las berenjenas, se les sacan las semillas y son cortadas en pedazos. Esos trozos son echados a un caldero con el agua del clavo dulce y el azúcar para su cocción revolviendo constantemente. Luego se le vierte el agua de la flor Jamaica hasta que está listo para su consumo.

El truco

Una parte muy importante para la elaboración de este dulce es escoger bien las berenjenas, pues no pueden estar muy llenas porque tiene muchas semillas, aportando un sabor amargo, tampoco pueden estar nuevas, porque se vuelven agua al momento de comenzar el proceso de preparación. Para una buena elección, ella las mueve y escucha.

Cuando el dulce es puesto a la venta, se coloca en una crema de leche especial preparada por doña Esperanza. Lo que contiene esa crema y su preparación es “un secreto familiar” y es lo que le da el toque especial al producto, aunque suele servirse también sin ella, de acuerdo al gusto del cliente.

Este postre se ha convertido en un producto de referencia en la zona, a tal punto que cientos de personas, incluyendo turistas extranjeros, visitan Nagua en su búsqueda.

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Doña Esperanza narra que tiene mucha demanda y que pelan sacos de berenjenas a diario para dar abasto y poder complacer a los consumidores.

Variedades

Coco Nuevo “Alegría”, Coco Triturado “Orgasmo”, Coco con Piña, Coco Con Batata, Cortadito de Leche “boronillas”, Maní en Crema de Leche, en almívar de piña, Lechosa, Tomate, Jagua, Cereza, Carambola, Naranja, Chinola y Guayaba, entre otras variedades.

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Origen del negocio

Cuenta doña Esperanza, quien es maestra de profesión y tiene 83 años de edad, cuando se trasladó de San Francisco de Macorís (de donde es oriunda) al quedar viuda no encontraba qué hacer con el tiempo libre y comenzó a preparar dulces, los cuales vendía a sus vecinos, pero, la acogida fue tan grande que al poco tiempo todos le decían que pusiera un negocito. 100 pesos fue el capital con el cual inició el negocio que a los cuatros meses comenzó a crecer hasta convertirse en la dulcería que es ahora.

“Mi trabajo no era hacer dulce, yo fui educadora por más 30 años y fundadora de un colegio en San Francisco de Macorís y luego que estoy ya pensionada y mi esposo también, a mi hijo Rafael Correa se le ocurre que yo venga para Nagua porque ya estábamos muy viejitos para estar solos y él no podía ir todos los días” a Macorís, narró.

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“Vengo a Nagua y cuando tengo un año y algo mi esposo pasó a mejor vida. Me quedé como quien dice sola. Yo me entretenía haciéndole su dieta, buscándolo a él, me sentía ansiosa porque era idea de los dos este negocio que no llegó a hacerse con él pero yo lo continué. Le dije a mi hijo quiero hacer algo y así comencé”.

Al aumentar los pedidos de dulces, su hijo, que trabaja en la industria del cine, se incorporó al negocio a solicitud de ella. De hecho, fue él quien subió las primeras mercancías a las redes sociales y de ahí todo es historia. Ricura Doña Esperanza ya tiene ocho años, cuenta a El Nacional.

Sudelka Garcia

Periodista de El Nacional Digital