Cambios atmosféricos
El cambio climático y el agotamiento de la capa de ozono estratosférico representan dos de los principales desafíos ambientales de la humanidad debido a sus impactos sobre la salud, la biodiversidad y el desarrollo económico. El proceso de industrialización de los países ha traído consigo el crecimiento de las emisiones de gases de efecto invernadero y un aumento en el consumo de sustancias que agotan la capa de ozono. Chile, dadas sus características climáticas, geográficas, económicas y sociales, es un país particularmente vulnerable a estos fenómenos de escala global.
El cambio climático podría tener impactos significativos en el país como, incrementar la frecuencia de sequías, aceleración de la degradación de tierras y riesgos de desertificación, entre otros. En el último siglo se han registrado: cambios significativos en las temperaturas, una disminución generalizada en las precipitaciones, una baja en los caudales de cuencas hidrográficas; y una tendencia generalizada de pérdida de masa de glaciares, aunque algunos de estos cambios no se visualizan en el país tienen efectos de domino en todo el mundo. Esos cambios en muchos casos tienden a durar un tiempo a la larga terminan afectando todos los ecosistemas del mundo y como toda cadena llegan al proceso trófico o cadena alimenticia mundial. A nivel mundial el país aporta en un bajo porcentaje a las presiones que causan estos problemas ambientales.
Sin embargo, el país se ha sumado activamente a las iniciativas internacionales que impulsan acciones para enfrentar estas amenazas, como son el Protocolo de Kyoto sobre el cambio climático y el Protocolo de Montreal relativo a las sustancias que agotan la capa de ozono.
Entre los agentes más nocivos para la atmósfera, se hallan los radicales oxidantes producidos por las reacciones entre el ozono y los hidrocarburos. Uno de los principales efectos es la oxidación del bióxido de azufre (SO2) que origina el ácido sulfúrico (H2SO4), presente en los gases contaminantes que cubren las grandes urbes y en los principales complejos industriales. Esos elementos químicos tienden a realizar cambios estructurales en su esencia y terminan afectando de manera significativa todo el espectro mundial ambiental.
Todos esos cambios terminan de manera irreversible afectando también a los procesos alimenticios terrestres. Se entiende por cambio climático «un cambio de clima atribuido directa o indirectamente a la actividad humana, que altera la composición de la atmósfera mundial y que se suma a la variabilidad natural del clima observada durante períodos de tiempo comparables» (Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático).
Este fenómeno es atribuido a las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). Si bien estos gases están presentes en forma natural en el planeta, la actividad humana ha aumentado su producción. La capa de ozono actúa como un escudo protector de la radiación ultravioleta proveniente del sol. Esta capa también influye en la distribución térmica de la atmósfera, por lo cual también desempeña una función reguladora del clima. Si la cantidad de radiación ultravioleta que llega a la tierra es alta, pueden generarse importantes problemas, tanto en seres humanos, como en la biodiversidad. Este fenómeno global se produce como consecuencia del uso de diversos componentes llamados sustancias agotadoras de la Capa de Ozono (SAOs), las cuales impiden la formación de este escudo protector.