Opinión

Educación cívica

Educación cívica

Educación cívica

 

La Educación cívica está llamada a enseñar las normas, preceptos y deberes de las personas como forma de lograr una convivencia social satisfactoria y digna entre los ciudadanos de un país. A pesar de la enorme relevancia que esta significará en la vida de un individuo y su pueblo es de las asignaturas que menos tiempo se le dedica en los planteles escolares en la actualidad.

Esta experiencia de vida más que una enseñanza se convierte en un deber ser y hacer, que fueron identificadas en la antigüedad tanto en Grecia con Platón y en China por el maestro Confucio a través de sus primeras teorías de civismo, logrando así la tradición del legalismo casi 5 siglos antes de Cristo.

Quizás para muchos la educación cívica está encerrada en palabras bonitas, conceptos teóricos y celebraciones de fiestas patrias, la Bandera, el Himno y el Escudo de las cuales olvidaron o no conocen su origen, significación e historia.

Esta educación que viene a convertirse en una extensión de nuestra conciencia y que nos acompañará toda la vida es responsabilidad de nosotros los mayores y los que rigen los destinos de los pueblos, ya sea desde el hogar o desde la escuela, de formar mejores hijos, mejores hombres y así mejores instituciones.

En medio de la celebración del mes de la Patria, necesitamos más que nunca exaltar nuestros valores y deberes cívicos y recibir señales que nos devuelvan la esperanza de sentirnos orgullosos de pertenecer a una sociedad que le rinde un verdadero tributo a nuestras leyes y a nuestra dominicanidad, donde no haya duda de si se está o no colocando el interés nacional por encima de todo interés particular o extranjero, y esto no se va lograr solo colocando banderas en las instituciones públicas cuando se conmemoran fechas patrias, se necesitan acciones concretas y determinadas que envíen las señales correctas que el pueblo espera, principalmente ante el preocupante tema migratorio que nos arropa y nos quita el sueño como pueblo y su futuro a mediano y largo plazo.

Tenemos que darle más carácter y redoblar la enseñanza de la Educación Cívica porque sin conocimiento las personas ignoran sus derechos y sin derechos no hay democracia y esto a su vez repercute en la falta de civismo.

En cada hogar se debe inculcar el amor a la escuela y al trabajo, el amor a Dios, el respeto a los mayores, a las leyes y los símbolos patrios, a ser solidarios y compasivos, tal como decían nuestros abuelos a nuestros padres en una especie de valores casi extintos en estos días.

Con la Educación Cívica educamos para la libertad, para la patria y para nuestros ciudadanos teniendo así el país que queremos.

El Nacional

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