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El amor y la ciencia

El amor y la ciencia

El amor es un misterio en sí mismo, de eso no hay duda. Tan simple como eso: es un sentimiento fuerte que no podemos explicar y que todos hemos sentido al menos una vez en la vida.

¿Qué hay detrás de la emoción más difícil de explicar con palabras?

Hoy vamos a contarte algunos misterios del amor vistos desde el punto de vista científico para que puedas comprender un poco mejor tu cuerpo, tu mente y tu corazón.

La atracción

Se podría decir que, frente a la consabida frase de “los opuestos se atraen”, las personas se sienten atraídas a primera vista por otros similares a ellos: personas con rasgos similares, de un nivel socioeconómico igual y cualquier otra cosa que contribuya a una unión estable.

Sin embargo, la frase sí puede funcionar si ya hemos pasado la primera barrera, porque en lo que respecta a personalidad tendemos a buscar opuestos.

La biológica

Dos personas diferentes van a tener una descendencia más variada genéticamente hablando, y sus pequeños tendrán más habilidades por esta misma razón.

¿Apariencia física?

La apariencia física es importante en ambos sexos, pero lo es un poco más para los hombres, ya que las partes del cerebro asociadas con el procesamiento de la información visual están más activas en ellos durante la atracción.

Las mujeres, en cambio, también tienen actividad en las zonas relacionadas con la toma de decisiones, lo que sugiere que ellas piensan un poco más.

¿El amor es ciego?

No exactamente ciego, pero sí con la vista borrosa. Cuando uno está enamorado ve perfectamente los defectos del otro, pero su cerebro le dice que está bien que haga caso omiso de ellos.

Cuando ves a tu enamorado, la parte del cerebro relacionada con la valoración social y la emoción negativa está intacta y el juicio crítico deja de funcionar.

¿El amor adictivo?

El amor cambia la química del cuerpo, por lo que en cierta forma nos volvemos un poco adictos.

Por ejemplo, los niveles de serotonina bajan abruptamente, por lo que se pueden mostrar comportamientos obsesivo compulsivos; por otra parte, el cortisol, la hormona del estrés, se libera haciéndonos estar siempre alerta.

También hay una amplia actividad en la zona del cerebro que recibe y produce dopamina, un neurotransmisor relacionado con las adicciones.

Esto desaparece cuando una relación termina, por lo que a menudo nos sentimos como si tuviéramos un “síndrome de abstinencia”.

El compromiso

Los seres humanos están hechos para permanecer juntos: las relaciones íntimas desencadenan oxitocina y vasopresina, que juegan un papel importantísimo a la hora de generar lazos.

¿Por qué algunos son más propensos a tener pareja que otros?

La variación genética puede tener parte de la culpa en estos casos, aunque también es un punto a tener en cuenta la cantidad de receptores de vasopresina que un individuo tiene: a mayor cantidad, más posibilidades de establecerse como pareja.

Amor confiado

La excesiva liberación de oxitocina que se produce cuando estamos enamorados es un claro indicio de que el amor nos hace más confiados. En diferentes experimentos, se vio que las personas que recibían un inhalador con oxitocina eran más propensas a tener actividades menos en el centro del miedo del cerebro. Esto sugiere que la oxitocina aumenta la confianza de una persona.

El engaño

La atracción, el amor romántico y el apego involucran tres sistemas cerebrales superpuestos pero separados.

Esto puede significar que podemos sentirnos atraídos sexualmente por una persona, encapricharnos por otra y querer pasar toda la vida con una tercera.

Cada experiencia de amor sirve a una necesidad única y existe en un contexto diferente.

El Nacional

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