El presidente Luís Abinader bien pudo decir que no iría al debate presidencial planteado por la Asociación Nacional de Jóvenes Empresarios (ANJE) alegando que las encuestas lo colocan muy por encima de sus más cercanos adversarios, superando el 60% contra un 19% y un 9%. Con una ventaja de 40 puntos aproximadamente, el mandatario no tiene nada qué ganar, ni nada qué perder.
Abinader también pudo negarse diciendo que efectivamente “águila no caza moscas”, pues el ave vuela muy alto en el firmamento, mientras que la mosca apenas lo hace unos metros.
Lo que no haría el actual presidente jamás, es descalificar a sus contrarios tratando de ridiculizarlos o descalificarlos diciendo que no saben “conceptualizar”, ni que carecen de capacidad intelectual para un debate porque hay una “crisis de conceptualización” entre sus contrincantes.
A pesar de tener prácticamente ganadas las elecciones presidenciales, por haber hecho un mandato histórico, con grandes realizaciones a lo largo y ancho de todo el territorio nacional, como bien lo reconocen la mayoría de los dominicanos, Abinader, desoyendo las voces de muchos de sus compañeros de partido, funcionarios y asesores, tanto nacionales como extranjeros, decidió aceptar el debate que organiza Anje, demostrando coherencia y su vocación democrática.
De igual modo, el presidente Abinader demuestra que no se siente superior a los demás, que no intenta ridiculizarlos ni ofenderlos con epítetos hirientes, porque su formación intelectual y familiar, no se lo permite.
Además, el presidente ha demostrado a lo largo de su mandato, que es un hombre humilde y sencillo, que los humos no se le han ido a la cabeza, que cree en la confrontación de las ideas, en el consenso y el disenso, que cada uno tiene derecho a expresar lo que piensa y lo que siente, sin cortapisas ni amenazas. Respeta el libre albedrío. Esa es la democracia. Por eso no rehúye la discusión.
Cuando ha tenido que echar atrás una medida oficial, lo ha hecho, sin odios ni resentimientos, en el entendido de que “errar es de humanos”.
Yo espero un debate con altura, respeto y consideración personal. Para debatir ideas y conceptos no hay que faltarse el respeto, irse al plano personal, ni nada que se parezca. Es lo que esperamos todos.
Abinader decidió participar en el debate porque no tiene miedo. El que no la hizo, no la paga. Hablará con la verdad, como siempre lo ha hecho.
No significa que tenga siempre la razón, pero siempre dirá la verdad, su verdad, que nunca será infalible, como sus contrapartes, que hablan por hablar, que mienten y engañan, porque son demagogos profesionales, políticos que viven de la mentira, la simulación y el engaño, como quedará demostrado.