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El no español al fascismo

El no español al fascismo

Pedro Sánchez

España ha sorprendido a los observadores de su política, a sus hacedores de encontrar y a sus partidos, con la votación de sus elecciones generales del pasado domingo 23 de julio, cuyos resultados apuntaban a una aplastante victoria del derechista Partido Popular y el ultraderechista Vox.

Los mismos dirigentes del Partido Socialista Obrero Español, a lo interno, tenían una perspectiva pesimista por el curso en la etapa final de la campaña, pero ¡Oh milagros! – siempre ocurren cuando menos se esperan- derecha y ultraderecha no obtuvieron la “aplastante” victoria que le habían augurado los medios de comunicación y encuestadores a su servicio.

Como están planteadas las situaciones, los votos no le alcanzan de ninguna forma al PP y Vox para formar gobierno.
Por diversas circunstancias, el avance de estas corrientes había crecido con sus postulados:

  • Rechazo y represión legal y policial a los inmigrantes
  • Negación del cambio climático
  • Negar la existencia de la violencia machista
  • Prohibir (en sus alcaldías controladas) las obras de teatro de Lope de Vega y Virginia Wolf.
  • Plantear la derogación de la Ley de Memoria histórica para que se olviden las víctimas de la Guerra Civil Española
  • Rechazar el feminismo
  • Borrar los nombres de casi tres mil víctimas de españoles asesinados por su lucha por la República en el cementerio de Madrid
  • Borrar de ese mismo camposanto los versos de Miguel Hernández
  • Anuncio de la segura derogación de la muerte digna
  • Restablecer el voto rogado, mecanismo que hace prácticamente imposible el voto por correo y que fue eliminado por el PSOE, facilitando ahora el voto de 2 millones de españoles, todo un récord
    Desde la otra perspectiva, la del gobierno del PSOE, ahí están los indicativos sociales y económicos, que han restablecido el buen nombre de España como sinónimo del buen gobierno.
    En los últimos 10 días de campaña, el PSOE supo destruir la plataforma de mentiras del PP y sus predicamentos racistas y xenófobos.
    España ha pronunciado su palabra sobre el destino al que aspira y ha contrariado una corriente internacional de retroceso políti co.
    España ha pronunciado en alto su palabra.