La gastronomía samanense es una experiencia generacional, de migración, creatividad y cultura que define a una región afrodescendiente de este país. La tradición culinaria de Samaná representa, además, una forma de resiliencia y un ejemplo de ello es “De Vieja Pan”, un negocio familiar que ha cruzado cuatro generaciones, manteniendo el sabor del coco vivo en cada receta, con hornos a base de carbón y leña, ingredientes locales y la dedicación de mujeres que aman su tierra.
En la comunidad de Las Galeras, en la calle Tesón, se hornea mucho más que el pan, aquí en esta comunidad se preserva una tradición con más de 50 años de historia.
La empresa familiar es parte de un esfuerzo mayor por fomentar negocios sostenibles y fortalecer el turismo en Samaná.

En un recorrido realizado por este medio como parte de la Ruta Gastronómica de Samaná, Nelly Mercedes, quien hoy lidera el negocio, recuerda que todo comenzó con su abuela Mónica Miguel, conocida como Benilia, quien empezó haciendo pan de coco o conconete, adaptando recetas que llegaban envueltas en fundas de papel de azúcar.
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También nos cuenta que fue su madre, Albertina de Peña “La Vieja”, quien consolidó el nombre del negocio que hoy todos reconocen como símbolo de la cultura gastronómica local. Un legado que continúan Nelly y su hermano Israel.
“La Vieja”
Albertina de Peña, mejor conocida como “La Vieja”, fue un ícono gastronómico de esta provincia, que se dedicó a mantener parte importante de la herencia cultural de los cocolos introducidos en Samaná por los ingleses.
D’ Vieja Pan también fue una muestra de la tradición culinaria heredada de los esclavos libertos del sur de Estados Unidos que se asentaron en la península desde principios del siglo XIX.




Proceso para hacer el pan
Cada jornada inicia desde las 5:00 de la mañana y el proceso de elaboración puede durar hasta ocho horas, dependiendo del tipo de pan.
En un día de trabajo se utilizan unos 20 cocos: 12 para el yaniqueque, 6 para los conconetes y 2 para el pan de yautía.
Ingredientes
Leche de coco, harina, mantequilla, especias, azúcar, y víveres, levadura, ralladura de limóny sal al gusto. Estos productos se hornean tres o cuatro veces por semana, según la demanda.
Tiempo
El pan de yautía, por ejemplo, permanece hasta tres horas en el horno, mientras que el de harina se hornea en 45 minutos o una hora.
El alma de la cocina
El coco es el alma de la cocina en esta región, esta fruta tropical se emplea en múltiples preparaciones, desde guisos salados hasta postres y bebidas, así lo cuenta Jonathan De Oleo Ramos, especialista en antropología de la alimentación.

En comparación con otras regiones del país, en Samaná el coco no solo es un ingrediente, sino un marcador cultural de identidad, su leche espesa, así como su sabor dulce aportan textura y profundidad a cada uso que se le da.
Llegada del pan
A través de su cocina se expresa la memoria viva de la diáspora afroamericana que se asentó en la región en el siglo XIX, cuando cientos de esclavizados liberados emigraron desde Estados Unidos en busca de libertad y nuevas oportunidades.
Variedades
En este espacio tradicional, se elaboran diversas variedades de pan: el de coco, yautía amarilla, yaniqueque relleno de mermelada, conconete, niño envuelto, pan de batata y yuca, entre otros.
Yaniqueque (Johnny cake)
Pan plano y frito, de clara herencia afroamericana, que se consume en desayunos o como acompañamiento de sopas y guisos. Su preparación es sencilla, pero su significado identitario es profundo.
Cornbread y fish & grits
Estas recetas remiten directamente a las raíces sureñas de los ancestros afroamericanos que llegaron a Samaná.
El cornbread es un pan horneado a base de maíz y el fish & grits combina sémola de maíz con pescado frito, reflejo de una herencia transnacional. Asegura el especialista en Antropología de la Alimentación.
Dumplings y bollos hervidos
Común en las sopas o acompañando guisos, los dumplings representan otra conexión con la diáspora afroamericana y las cocinas del Caribe anglófono.
Pan ingles
Este es un pan exclusivo, con una textura suave el cual suele acompañarse con café o chocolate.
Panes que cruzan fronteras
Estos panes no solo son consumidos por los locales, también han cruzado fronteras. Personas que viajan fuera del país le han pedido a Nelly que elabore versiones más pequeñas para poder llevarlos con mayor facilidad.

Visitantes
Han visitado el lugar para disfrutar de este delicioso pan, europeos, alemanes, italiano y hasta chino según nos cuenta Nelly
Emprendimiento
Además, como parte del impulso a emprendimientos responsables, el negocio forma parte de un equipo de mujeres llamado Circuito de Turismo Sostenible Samaná, una iniciativa que brinda apoyo mediante charlas, entrevistas, asistencia técnica y capacitaciones, con el propósito de fortalecer los proyectos locales y fomentar un modelo de turismo consciente y respetuoso del entorno en la provincia.
Los precios
Según Nelly han mantenido precios asequibles: el conconete cuesta entre 35 y 50 pesos, el pan puede adquirirse desde 100 pesos, hasta por 200. La clientela valora no solo el sabor, sino también el respeto por la tradición, los ingredientes naturales y el método artesanal que se ha mantenido por más de medio siglo.
Más allá del aroma del coco horneado, en este lugar se respira historia, esfuerzo comunitario y amor por una tierra que, a través de su gastronomía, ofrece una experiencia única y sostenible a cada visitante.