Carta de los Lectores

El PRM y la aeronáutica

El PRM y la aeronáutica

Es evidente que el llamado “gobierno del cambio” no acaba de asimilar que el pueblo dominicano le llevó al poder para mejorar la situación en el 2020. Lejos de continuar las buenas prácticas en algunas áreas y mejorar aquellas que no iban tan bien, empeoraron lo que estaba deficiente y descalabraron lo que estaba bien, salvo excepciones.

En el caso del turismo, ha habido una recuperación respecto al 2020 y 2021, pero es evidente como maquillan las cifras de la cantidad de turistas que nos visitan. Un sector estratégico para el sostenimiento de la economía y, como tal, no se han escatimado esfuerzos ni recursos por parte de las últimas gestiones de gobierno para propulsarlo desde principios de 1970 a la fecha.

Actividad que reviste una importancia cardinal para el sostenimiento y garantía de ese crecimiento proyectado de la llamada industria sin chimeneas, lo es sin lugar a dudas la aviación civil. Cerca del 90% de todos los turistas que nos visitan lo hace por la vía aérea.

Es penoso reconocer que las designaciones hechas en dicho sector, apuntan a favorecer a una de las partes afectadas por la posible construcción y operación del Aeropuerto Internacional de Bávaro (AIB) y visiblemente con una radical oposición a la construcción de ese nuevo aeropuerto, las personas designadas para dirigir en un sector que exhibía grandes logros, parecen entender que su única razón de ser es evitar, a toda costa y a como dé lugar, el establecimiento de una competencia que sumaría opciones a la industria, oportunidades de trabajo, beneficios al usuario y desarrollo de esta zona y al país.

En los hombros de ese personal técnico y de quienes dirigieron las diferentes entidades del sector, no sólo recayó la responsabilidad del rescate de la aviación civil, sino garantizar su desarrollo y consolidación; así lo demuestra la promulgación de las Leyes 491-06 y 188-11, los Reglamentos Aeronáuticos Dominicanos, y las guías técnicas al usuario.

Además, haber aprobado, con éxito, la Auditoría del Programa Universal de Auditorías de la Vigilancia de la Seguridad Operacional (USOAP, por sus siglas en inglés), así como haber alcanzado, en tres ocasiones, un escaño en el Consejo de la Organización de Aviación Civil Internacional y establecer una Sede Permanente en las oficinas centrales de este prestigioso organismo que rige la actividad aérea mundial que actualmente está en su asamblea número 41.

A dos años de gestión, impera la improvisación e incompetencia.
Santiago Rosa Martínez

El Nacional

La Voz de Todos