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El profeta Jorge Luis Borges

El profeta Jorge Luis Borges

El escritor preconizó la sociedad del fakenews, en la que no importan los hechos sino quién los cuenta; basta con que alguien diga cómo son las cosas sin  pasar por filtros de la verdad.

En 1975, el genial, maravilloso escritor argentino, Jorge Luis Borges, publicó “El libro de arena”, título homónimo del cuento que concluye el texto literario. Aunque él lo consideró su obra maestra, críticos de su obra (entre los que me incluyo) consideran que, más bien, fue “Ficciones” (1944), en el que aparecen cuentos como Funes el memorioso, El Sur, Tlön, Uqbar, Orbis Tertius y La forma de la espada.

La compleja obra de Borges, sus interminables espejos, laberintos y referencias literarias obligan a evaluar cada texto a profundidad.

Sin querer abundar en su trayectoria como escritor ni en la magistral obra que heredó a la humanidad, me circunscribo en este artículo a comentar el cuento Utopía de un hombre que está cansado, que aparece en El libro de arena.

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Allí, cuenta Borges la historia de Eduardo Acevedo, quien, caminando por una llanura, llega a casa de un hombre, cuya estatura lo impresiona. Basta que intercambien unas palabras para darse cuenta de que son hombres de diferentes siglos. Él, del pasado, y el gigante sin nombre, del futuro.

Hablan en latín, el idioma del futuro, y a continuación, la curiosidad de Eduardo se manifiesta en saber qué hace, cómo vive, qué come y qué piensa el hombre del porvenir.

El cuento Utopía es en cierta medida la descripción de la segunda década del siglo 21

Borges muestra en el cuento su visión de la humanidad al cabo de muchos siglos. “No olvidaré ese rostro severo y pálido que no volveré a ver. No gesticulaba al hablar”, describe en la obra. (pág. 485).

Lo interesante en este cuento, que cumple en unos meses 50 años de haber sido publicado, es el acierto profético de Borges al analizar al humano y la sociedad del porvenir; no tuvimos que esperar siglos para ver cumplir las predicciones del autor argentino.

Al hablar el gigante del futuro, en medio de la conversación, expresa: Ya a nadie le importan los hechos. Son meros puntos de partida para la invención y el razonamiento. En las escuelas nos enseñan la duda y el arte del olvido. Ante todo, el olvido de lo personal y lo local. (pág. 486).

Aunque en otros textos, como Funes el memorioso, Borges explica el olvido como una necesidad para el razonamiento y la felicidad de los seres humanos, entre otros aspectos, en este cuento señala el olvido como una necesidad del hombre del futuro, cuyo razonamiento no se fundamenta en la ontología ni en el análisis histórico, sino en la resolución individual de los asuntos inmediatos.