Este jueves 25 de enero, se conmemoró el Día Nacional del Servidor y la Servidora Públicos, fecha que se hace importante debido al papel estelar que juega el Estado Dominicano en términos de empleos.
Sin embargo, a pesar de la efeméride, aún falta mucho para que exista una verdadera política institucional hacia el personal, pues la realidad es que éste está sometido a maltratos, discriminación y despido, consecuencia de que la politiquería partidista.
«El Estado ni agradece ni guarda rencor», «Yo ni me ofrezco ni rechazo en mi trabajo», etc., son algunas de las expresiones que se han popularizado por el trato vil a que es sometido el empleado y la empleada en el Estado, y que sabe que será destituido inmediatamente cambie el gobierno. Haga o no haga su trabajo, comoquiera será despedido.
De esto únicamente se salvan los grupúsculos coberos, correveidiles y «tumba polvos», que se crean alrededor de las instituciones y que hábilmente le rinden «lealtad» perruna a los nuevos «amos del Estado», que se comportan inclementes en contra del personal que encuentran en las instituciones públicas. Este gobierno del PRM inició una brutal cacería en contra de los servidores y servidoras públicos. La persecución ha sido inmisericorde, despiadada, atroz y cruel.
Se parte de la equivocada idea de que el Estado es una piñata, un «botín de guerra», y la sociedad acepta esta triste y abominable realidad, pues hasta en las llamadas instituciones que dicen buscar el desarrollo del Estado, reina la falsa creencia de que en el gobierno el recurso humano no importa, y que hay que repartir entre los políticos ganadores de las elecciones los puestos de trabajo, los cuales se lanzan a la cacería y destitución de todo el personal que no husmee a «partido gobernante».